Mariola Báez
Viajes
Un fin de semana recorriendo la ciudad de Soria
Monumentos, paisaje y leyendas de un lugar histórico que conquistó el corazón de más de un poeta
A la capital del Duero le han cantado en sus versos Bécquer, Gerardo Diego y por supuesto Antonio Machado, entre otros escritores que quisieron plasmar en estrofas la esencia de esta ciudad, enclavada en el extremo este de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (@CyLesVida).
Los parajes naturales de toda la provincia invitan a un paseo tranquilo, al descanso y a disfrutar de numerosas actividades al aire libre, pero en una primera visita no puedes dejar de recorrer la propia ciudad, con sus calles medievales, iglesias románicas, palacios renacentistas, plazoletas, ermitas de leyenda, ni tampoco renunciar a acercarte, además, a ese recuperado río que sigue siendo fuente de inspiración.
Soria imprescindible
El centro histórico de la ciudad hay que recorrerlo a pie, para no perderte nada y disfrutar a cada paso. Soria (@sorianitelaimag) no es demasiado grande y sus 'tesoros' no distan demasiado entre ellos. Aun así tienes mucho que ver y a la hora de trazar tu propio itinerario hay una serie de monumentos y lugares de interés que, sencillamente, no pueden faltar.
- Plaza Mayor. Cualquier plaza mayor siempre es un buen punto de partida para empezar a descubrir los secretos de una ciudad. En el caso de Soria, la plaza marca la separación entre el casco histórico y la ciudad moderna. Tiene planta rectangular y en ella se encuentran algunos importantes edificios en los que hay que reparar, como el propio Ayuntamiento (antigua Casa de los Doce Linajes), el Palacio de la Audiencia (hoy convertido en centro cultural) o el Palacio de Doña Urraca. También verás la famosa Fuente de los Leones, del siglo, del siglo XVIII y todo un emblema de la ciudad del 'camino'.
- Iglesia de San Juan de Rabanera. La encontrarás a escasos metros de la Plaza Mayor y es uno de los edificios románicos más antiguos de Soria, pese a que, a nivel arquitectónico ha sufrido numerosos cambios desde que fuera fundada en el siglo XII. Es Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural por lo que, visitar su interior es absolutamente recomendable’.
- El Collado y sus monumentos. El Collado es la principal vía peatonal del centro histórico y recorrerla es un verdadero placer. No solo es un lugar siempre animado, sino que es la ruta perfecta para acercarte a algunas de las joyas que, con celo, guarda la ciudad. Desde aquí y ascendiendo por la calle Estudios, llegarás a la Iglesia de Santo Domingo, una de las más bellas de la ciudad, con su original fachada monumental, tan rica en elementos escultóricos propios del románico, que han hecho que se considere una auténtica ‘Biblia en piedra’
- Instituto Antonio Machado. Casi paralela a la céntrica calle, también tienes que ‘perderte’ tranquilamente por una segunda vía. Es la calle Aduana Vieja, donde es importante abrir bien los ojos para observar cada detalle de las casonas que le dan forma. Aquí se concentran algunos de los más bellos palacios renacentistas, como el de los Castejones o el de Río y Salcedo. También verás la silueta del instituto Antonio Machado. La recia y sobria estructura del que fuera convento de la Orden de los Jesuitas, conserva el antiguo claustro y las dependencias donde el poeta impartió clases de francés cuando llegó a Soria en 1907.
Lo que el Duero esconde
Si quieres tener una de las mejores vistas de la ciudad, es más que recomendable subir al Parque del Castillo, donde tendrás una inmejorable perspectiva del casco antiguo, la zona moderna y el Duero que parece abrazar a Soria.
Ya en sus márgenes, merece especial mención el antiguo puente medieval en piedra que lo cruza. Tendrás que recorrerlo para visitar el claustro de San Juan de Duero. A los pies del Monte de las Ánimas, se encuentra este lugar, no exento de cierto aire de misterio, que formó parte del monasterio fundado por la Orden de los Hospitalarios. Tras su restauración, el claustro y el pequeño templo son un excepcional ejemplo de románico que hay que contemplar con atención.
Además de con este claustro, el río te va a sorprender con uno de los monumentos sorianos que más pueden llamar tu atención. Es la ermita de San Saturio, enclavada en una de las laderas que desciende hasta el Duero. Según cuenta la tradición, su origen está en la decisión que tomó un noble soriano en el siglo VI, de retirarse a las cuevas existentes junto al rio tras repartir sus riquezas entre los más necesitados. Era San Saturio y se cuenta que llevó aquí una vida de eremita durante más de 30 años. La actual ermita es del siglo XVII y en su interior destaca el altar barroco junto a los valiosos frescos que adornas sus paredes y cúpula.
Ésta es solo una pequeña muestra de porqué visitar Soria es una experiencia que no puede defraudarte. A ella habría que añadir los atractivos de una ciudad moderna, con una extensa oferta cultural, magníficos espacios verdes, como la coqueta Alameda de Cervantes, y unas propuestas gastronómicas a las que resulta difícil resistirse. Si decides ir Camino a Soria, no te arrepentirás.