Recorriendo la costa verde de Asturias: playas, acantilados y pueblos de pescadores

La Costa Verde asturiana es uno de los litorales mejor preservados del Cantábrico. Nuestro viaje de hoy va de Luarca a Llanes, visitando pueblos de tradición marinera, ensenadas rodeadas de acantilados que quitan el habla y prados de frondoso verdor que, entre magníficas panorámicas, descienden hasta rozar la arena. Irresistible, ¿verdad?

Luarca

Luarca, apodada como la Villa Blanca por sus paredes encaladas, es el polo turístico de la costa occidental. Su profunda vocación marinera se articula en torno al río Negro, que la atraviesa dibujando una ese. En realidad, podríamos hablar de dos ciudades: una medieval y pescadora alrededor del puerto, y otra burguesa y comerciante a lo largo de los meandros del río. Muy cerca de la localidad, vale la pena visitar la bonita playa de Barayo, clasificada como Reserva Natural Parcial, dotada de un abundante surtido de dunas y marismas de gran valor ecológico y paisajístico.

Cudillero

Cudillero es sinónimo de puerto pesquero y de buen comer, sobre todo en la plaza del puerto, que es donde se juntan la mayoría de los restaurantes. A espalda de la plaza, a modo de anfiteatro, suben por la ladera casitas de colores que hacen de este pueblo un lugar de postal, además de ser una de las localidades costeras que mejor ha conservado su aspecto. Muy cerca de aquí, podemos visitar la playa de los Quebrantos que forma, junto al vecino playón de Bayas, un amplio arenal de 3 km de longitud cuando hay marea baja.

Ribadesella

Ribadesella ofrece numerosos atractivos, como su larga playa junto al Sella, el mirador del Monte Corbero, con la ermita de la Virgen de la Guía, o la sorprendente cueva de Tito Bustillo, cuyas pinturas prehistóricas forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Cada primer sábado de agosto, se celebra en Ribadesella el famoso descenso del río Sella. Muchas empresas ofrecen el traslado hasta Arriondas (villa donde arranca), el alquiler de piraguas y el picnic, si bien en verano hay todo tipo de chiringuitos abiertos a lo largo de sus orillas. Fuera de temporada, el paseo por el río es mucho más tranquilo.

Bufones de Pría y Llanes

La costa oriental, entre Ribadesella y Llanes, marca una gran diferencia respecto al resto del litoral asturiano. Aquí se despliega un paisaje único formado gracias a la acción combinada de la lluvia y el mar sobre la roca calcárea desde hace millones de años. Cabe destacar los bufones de Pría, uno de esos lugares donde disfrutar de un auténtico espectáculo de la naturaleza, donde las olas golpean sin piedad los acantilados, creando un efecto de géiser que te deja con la boca abierta. Podemos acabar nuestro viaje visitando la cercana población de Llanes. Célebre es su casco histórico repleto de palacios, casas blasonadas, sidrerías y tabernas donde degustar quesos, guisos de verdinas (pequeñas alubias) y marisco del Cantábrico.