Escapadas a solo 30 minutos en coche de Valencia

Valencia tiene todo lo necesario para pasar unos días de turismo y desconexión. Un patrimonio artístico, cultural e histórico impresionante, playas para descansar y disfrutar del buen clima, espacios naturales a pocos kilómetros de la capital del Turia y una gastronomía reconocida a nivel internacional. Eso por no hablar del ambiente festivo que se vive en la ciudad cada mes de marzo con el sonido y el espectáculo de Las Fallas.

Sin embargo, hoy cogemos el coche, pero no para alejarnos mucho. Escapamos del bullicio de Valencia para dejarnos atrapar por rincones que merece la pena descubrir. Destinos para hacer una vescapada perfecta y a los que llegaremos en apenas media hora del centro de la ciudad.

Cullera

Nuestra primera parada la hacemos en esta conocida localidad, a algo más de 40 kilómetros y que avistaremos pasados unos 30 minutos de viaje. Un rincón en la costa que es elegido por miles de familias para pasar cada año sus mejores días de verano. Un atractivo turístico, el de sus bellas playas, que se une a los monumentos y el patrimonio histórico del que hace gala Cullera. Pero antes de visitarla lo que nos asombra es que parece que estemos en el mismísimo Hollywood. A lo lejos vemos un cartel de bienvenida muy similar a las letras de la meca del cine.

Una vez aparcado el coche, nuestra ruta turística comienza en el castillo, desde donde se pueden ver algunas de las mejores vistas de toda la localidad. Es de origen musulmán y se empezó a construir en el siglo XIV. Podemos subir a esta atalaya en nuestro propio vehículo o bien en el tren turístico que va recorriendo Cullera y que incluso nos acerca a las murallas de esta edificación de carácter defensivo. 

Otro de los rincones imprescindibles es el faro, que lleva más de 150 años en activo y al que se llega tras un apacible paseo. Y si en este plan de escapada vamos con niños, nada como acercarnos al Museo de la Cueva del Pirata Dragut. El mejor escenario para conocer la historia de este temible corsario del siglo XVI, que se hizo famoso por llevarse un buen botín en Cullera. 

Sagunto

Nos vamos ahora a Sagunto, cuyo principal atractivo son sus más de 2.000 años de historia. Para llegar a esta bonita y pintoresca localidad podemos coger nuestro propio automóvil o el transporte urbano. De hecho, el tren de cercanías nos acercará en apenas 35 minutos.

Una vez apeados de la estación de ferrocarril no podemos empezar nuestro paseo por esta localidad sin antes visitar sus ruinas romanas. De este conjunto arquitectónico destaca, sobre todo, el teatro romano que todavía hoy sirve de escenario para conciertos y diversas producciones teatrales. Nos dirigimos, a continuación, a contemplar su famoso castillo, edificado en el siglo V a.C. Cuenta con una fortaleza de casi un kilómetro y alberga hasta siete plazas. Espacios donde observaremos algunos ejemplos de pavimentos de la Antigua Roma.

Seguimos nuestro recorrido a pie hacia la iglesia de Santa María, que pertenece al estilo arquitectónico gótico ojival valenciano. Tras salir de este templo religioso es muy probable que nos entre algo de hambre. Por eso, no podemos irnos de Sagunto sin probar alguna de sus paellas más conocidas o bien pedir recetas clásicas de la zona, como el potaje de garbanzos. 

El Palmar

Para descubrir de primera mano donde se cultiva el extraordinario arroz que se sirve en la región, lo mejor es que nos acerquemos a la pedanía de El Palmar, a escasos 20 kilómetros. Se trata de un pequeño pueblo de pescadores que forma parte de la estampa más conocida de La Albufera valenciana. Es algo así como una isla rodeada de cultivos de este cereal y de algunas de las mejores huertas de la zona, que descubriremos tras 25 minutos de viaje. 

Pero si ya hemos degustado el arroz valenciano en Sagunto, lo más típico de este municipio es el famoso guiso all i pebre, hecho de anguilas. Tras la comida, nada como dar un tranquilo paseo entre los canales, donde se asoman las barcas que tradicionalmente se usaban para pescar en la zona. Si hacemos algo de tiempo, podemos acudir a los mejores rincones donde contemplar unos atardeceres de ensueño.

Una caída del sol que todos recordamos de una de las novelas más famosas de nuestra literatura, Cañas y Barro, del escritor español Vicente Blasco Ibáñez. Esta es la postal auténtica de El Palmar y donde no faltan las antiguas barracas hechas con barro, cañas, paja y juncos.

Paterna

Dejamos para el último lugar un destino a las afueras de Valencia, ideal para esos viajes que apenas duran un par de días. Paterna se encuentra ubicada en el espacio metropolitano de la capital por lo que no se tarda mucho en llegar a ella. Recorrer estos 10 kilómetros solo nos llevará un cuarto de hora. Una vez allí podemos encaminar nuestros pasos hacia su centro neurálgico para conocer una localidad con un pasado agrícola, y que hoy en día se dedica a la producción industrial más diversa.

En un plano turístico, en Paterna podemos descubrir su monumento más importante y conocido: la Torre. Su origen es morisco y se ubica sobre unas antiguas cuevas de color blanco que todavía hoy sirven de residencia a algunos vecinos de la localidad. El Palacio de los Condes de la Villa de Paterna, la iglesia de San Pedro (que data del siglo XIII), así como los museos de la Cerámica y de Ciencias Naturales completan el resto del recorrido en esta escapada, a menos de media hora en coche desde Valencia.