Victoria Herrero
Viajes
Un día en Valladolid: Estos son sus rincones imprescindibles
Un paseo entre la historia y la arquitectura, sin olvidarnos del noble arte del tapeo
El viaje de hoy nos lleva hasta la capital castellana, Valladolid. Una ciudad señorial que resulta muy accesible para descubrir, en apenas un día, algunos de sus rincones imprescindibles. Este es el recorrido que no nos podemos perder si visitamos la localidad.
Un bello paseo arquitectónico e histórico
El punto de partida de nuestra visita se puede establecer en la bella plaza de San Pablo, que se ha convertido en uno de los centros neurálgicos de la ciudad tanto para sus vecinos como para los numerosos turistas que se acercan cada año a conocerla. Y es que es uno de los mejores ejemplos de lo que fue el Valladolid más cortesano en el siglo XVII.
Un espacio abierto donde destaca, sobre todo, la elaborada fachada de la iglesia del mismo nombre, de estilo hispano flamenco, así como la majestuosidad de dos palacios que se asoman a la plaza, como son el Real y el de Pimentel.
Dejamos atrás la impresionante portada de piedra y nos dirigimos al otro punto más turístico de la capital castellana, su plaza mayor. Lo que hace siglos era un espacio a las afueras de la localidad, destinado a la celebración del mercado, es ahora el centro de la ciudad gracias al empuje de Felipe II, que ordenó su remodelación. Si nos paramos a contemplarla unos minutos, veremos que guarda una estrecha similitud con otras muy similares, como las de Salamanca o Madrid. Estas se hicieron tiempo después tomando como modelo la de Valladolid.
El epicentro vallisoletano está flanqueado por su ayuntamiento y el conocido Teatro Zorilla (@TEATROZORRILLA), que se levantó en lo que antes fue el convento de San Francisco. Desde el año 1884, estas tablas han acogido la representación de algunas de las mejores producciones teatrales que cada temporada llegan a Valladolid. Un espacio cultural al que se une el Teatro Calderón que sirve de sede, año tras año, para la celebración de la SEMINCI, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (@SEMINCI).
Y ya que estamos por la zona, nada como acercarnos a las próximas calles Correos, Pasión, Comedias o Caridad, donde se encuentran algunos de los mejores establecimientos para degustar las famosas tapas castellanas. Unos pequeños bocados que podemos acompañar de los vinos de las cuatro denominaciones de origen de esta tierra: Ribera del Duero, Toro, Rueda y Cigales.
Tras la parada gastronómica, seguimos nuestro recorrido por lo mejor del patrimonio artístico de la ciudad hasta llegar a la catedral, que recibe el nombre de 'la inconclusa' ya que está sin terminar. Y es que el edificio central solo está construido hasta el crucero y le falta una de las torres, ya que se hundió en el siglo XIX. Pese a ello, es uno de los rincones imprescindibles en esta visita, donde podemos admirar el trabajo de Juan de Herrera, considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana; los retablos de Juan de Juni o visitar el Museo Diocesano y Catedralicio ubicado en su interior.
No muy lejos de aquí se encuentran la Universidad de Valladolid y el palacio de Santa Cruz. Este último es considerado el primer edificio de estilo renacentista que hay en nuestro país y merece la pena descubrirlo tanto por su hermoso claustro, como por su valiosa y apreciada biblioteca antigua.
Y no hay mejor forma de terminar el recorrido turístico por la capital castellana que acercándonos al que es el pulmón verde de la ciudad, el parque de Campo Grande. Un espacio de más de 100.000 metros cuadrados que hace las delicias de todos aquellos que quieran pasear sin prisa entre estos jardines de estilo romántico.
La huella de dos grandes escritores en Valladolid
Hablar de esta ciudad es hablar, sin duda, de Miguel Delibes. El mejor embajador de Valladolid, cuyo legado literario podemos conocer gracias al empuje de la fundación (@MiguelFundacion) que lleva su nombre. Una institución encargada de velar por su patrimonio cultural y personal y que organiza todo tipo de exposiciones, actividades, muestras y rutas para conocer de cerca la personalidad del afamado autor de El hereje.
Pero Valladolid también lleva con orgullo el nombre de otro Miguel ilustre, relacionado con el mundo de las letras. Es el caso de Miguel de Cervantes, que llegó a la ciudad en el año 1603 para vivir durante un tiempo con motivo del traslado de la corte real desde Madrid. Es por ello que no podemos irnos de aquí sin visitar su casa-museo en la calle Rastro. Allí es donde vivió el escritor de fama mundial durante un par de años, coincidiendo, además, con la publicación de la primera edición de su obra universal: Don Quijote de la Mancha.
Se trata de una vivienda que ha sido acondicionada en varias ocasiones, pero que conserva todavía la esencia de las casas de antaño, donde podremos contemplar los muebles o enseres personales que pertenecieron a Miguel de Cervantes.