Mariola Báez
Viajes
La Ruta de los Volcanes, de paseo por los orígenes de Lanzarote
Mariola Báez
Foto: Gobiernodecanarias.org
Martes 10 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Martes 10 de diciembre de 2019 a las 6:59 H
3 minutos
Los paisajes del Parque Nacional de Timanfaya nos llevan a la creación de las Islas Canarias
Lanzarote es la más septentrional de las islas que forman el Archipiélago Canario. En 1993 fue declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera y, sin duda, es una de las islas que destaca por un paisaje en el que los contrastes nunca acaban de sorprender al visitante.
Playas, hoteles, ocio, deportes acuáticos… cuenta con todo para unas vacaciones perfectas, como podrías tener en cualquier otro lugar de la costa española, pero tiene algo distinto, un paisaje volcánico sobrecogedor y difícil de encontrar en otros lugares.
La Ruta de los Volcanes, un viaje a la propia formación de la Tierra
Es uno de los atractivos de la más singular de las Canarias. La Ruta de los Volcanes recorre el interior del Parque Nacional de Timanfaya en un circuito circular guiado de unos 14 kilómetros que se realiza en autobús, mejor dicho, en guagua.
El Parque engloba algunos de los volcanes más imponentes de la isla en un paisaje extraño, como de otro planeta o de otra época. Las extensiones de lava son el vestigio de las grandes erupciones que ocurrieron en los siglos XVIII y XIX y recuerdan el origen del Archipiélago Canario, surgido del mismo fondo del Atlántico.
La Montaña de Timanfaya, Las Calderas Quemadas, la del Corazoncillo o la Montaña Rajada son algunos de los volcanes que verás en este recorrido que parte del islote Hilario. El silencio y los contrastes, que las distintas tonalidades de lava y piedras crearon en su momento, es lo que resulta más impactante. Tonos ocres, marrones o directamente negros crean el paisaje que se conoce como malpaíses y la mínima vegetación, en forma de líquenes, pone una nota blanquecina de color.
El recorrido suele terminar en la Montaña del Fuego, donde podrás comprobar el calor que sigue guardando esta tierra en su interior. Una sencillo experimento geotérmico te demostrará que si echas agua a una profundidad de apenas unos metros, en pocos minutos tendrás un verdadero geiser. En este punto, también encontrarás el restaurante El Diablo, diseñado por el artista canario César Manrique, pionero en respetar el entorno y apostar por el turismo sostenible.
Para hacer la ruta, lo mejor es acercarte al Centro de visitantes de Mancha Blanca, a la entrada del Parque y si quieres, para terminar, puedes ir al cercano Echadero de camellos para dar un divertido paseo en dromedario (ojo que alguno tiene malas pulgas).