Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorMuchos de nuestros pueblos desafían la gravedad situándose al borde de precipicios, acantilados, cañones, valles profundos… Si tienes vértigo, no podrás disfrutar del encanto de visitar estos pueblos. Pero si no tienes miedo, visítalos, pasea por sus empinadas calles y disfruta de las alturas. Aquí te dejamos nuestra lista.
La localidad malagueña de Ronda se asienta sobre una tierra cortada de forma abrupta por el río Guadalevín. Para salvar el desfiladero, se construyó el Puente Nuevo, cuyos cimientos se elevan casi 100 metros de altura. Para disfrutar de las mejores vistas de la villa sobre el acantilado no puedes perderte la impresionante panorámica obtenida desde el puente sobre el río Guadalevín.
La torre del castillo del pequeño pueblo medieval de Frías desafía la ley de gravedad. Se trata de una impresionante fortaleza encaramada al roquedal más alto del cerro. Las vistas desde lo alto de la torre son maravillosas. Pero no solo el castillo de los Velasco está colgado: hay toda una hilera de las casas colgadas sobre el Cerro de la Muela, que además mantienen su entramado medieval de madera. Si no lo conoces, es el momento de visitar Frías, en la comarca burgalesa de Las Merindades.
Declarada conjunto Histórico-Artístico, esta localidad albaceteña es una de las más espectaculares de España. Está situada en una hoz del río Júcar, una orografía que ha condicionado su arquitectura, con casas excavadas en la montaña, que se adaptan al terreno en calles estrechas y empinadas, que se elevan hacia el castillo. Es precisamente esta peculiar situación de Alcalá del Júcar hace que la mayoría de las casas estén excavadas en la propia montaña, con cuevas de tal longitud que llegan hasta el extremo de la peña sobre la que se asienta la villa.
Declarada Conjunto Histórico Artístico, la villa de Medinaceli cuenta con dos barrios diferenciados: el casco histórico arriba de una peña y, 200 metros más abajo, el barrio de la Estación, a los pies de la colina. Arriba podemos disfrutar de los restos romanos, la alcazaba árabe y su preciosa plaza medieval.
Se trata de uno de los municipios más pequeños de España. Está asentado sobre un risco basáltico de unos 50 metros de altura y un kilómetro de longitud, creado por la acción de la erosión de los ríos Toronell y Fluviá sobre restos volcánicos de hace miles de años. El resultado es una imagen espectacular, sumando al risco el perfil de la iglesia y las casas del pueblo, que parecen flotar sobre las rocas.
En el parque rural de Teno encontramos el pequeño pueblo de Masca, que ofrece unas vistas increíbles tanto del mar como de la montaña. Sus casas se hayan construidas al bode del abismo en uno de los barrancos más pronunciados de la isla de Tenerife. Puedes acceder por carretera a través de profundos barrancos y, desde ahí, seguir una ruta entre montañas hasta los acantilados en el mar.