Ataviado con una camisa de Elvis Presley, el Wyoming más rockanrollero se ha presentado en la mañana del 20N, beligerante como siempre. "Hoy se murió también el anarquista Buenaventura Durruti, pero nadie se acuerda de ello", ha sentenciado José Miguel Monzón (Madrid, 1955) en la apertura de la presentación en Madrid de su nuevo libro de memorias, La Furia y los Colores (@edit_planeta) en el Teatro del Barrio (@teatrobarrio). Una peculiar crónica en clave personal de sus vivencias como joven universitario durante la Transición en la que se sumerge en sus recuerdos de "cuando era melenudo", entre el ambiente "gris, moral y loco de la dictadura" y las notas de color que supusieron su inmersión en la música, la psicodelia y sus viajes al extranjero. "Yo probé las sustancias alucinógenas en Amsterdam y ya no pude entrar en vereda", bromea.
Se atreve además a asegurar que "los años 50 han sido la mejor época de la Humanidad" ya que fue un gran periodo sin guerras y con mejoras inigualables. "Los que nacimos en esa época vivíamos en un espacio donde se iba acomodando la economía y se produjeron avances sociales y tecnológicos como la incorporación de la mujer a todos los ámbitos, el festival Woodstock, la llegada del hombre a la Luna.... Pero en España estábamos sumergidos en el pánico, atisbando el paraíso, entre la represión y la solidaridad. Somos la generación que buscaba la salida a la dictadura siguiendo los rayos de luz que se filtraban desde el exterior para guiarnos hacia la libertad", señala Wyoming, quien se declara como un "gran testigo de esa época".
Viajes y Universidad
Ir a la universidad del tardofranquismo era toda una aventura, aunque también escondía tragedias "como los compañeros que desaparecían un buen día cuando te levantabas para ir al baño y los grises se los habían llevado a Carabanchel", explica Wyoming, que entonces estudiaba Medicina. "No me interesaban los estudios y tardé 10 años en terminarla, pero en mi casa era un imperativo ir a la Universidad, como signo de mejora".
Tal como cuenta en el libro, Wyoming acabaría recetando "sexo, rebeldía y rock & roll" y descubrió en la "farándula" y los viajes una alternativa para llevar una existencia multicolor. "Vivíamos una euforia permanente. Los 70 y los 80 fueron una época riquísima en lo cultural y lo social, y yo tuve la suerte de vivirlo como protagonista", recuerda. Viajar al extranjero era una puerta a la libertad, y repasa en su libro sus viajes iniciáticos a Holanda y Reino Unido, donde se abrió un paisaje diferente, una bandera de salida más allá de Pirineos. "Y no era fácil, necesitabas una tarjeta de buena conducta, corroborada por el sereno", aclara.
La Movida era de "pijillos"
"Yo me sentía por encima de todo", presume, "ventajas de no tener que alienarme en un trabajo de 14 horas y vivir esa época como estudiante de Medicina, entre la música y los bares", recuerda, reconociendo sus orígenes de clase media, con un padre funcionario y una madre farmacéutica. "Tocar la guitarra o escribir, no eran para mí un trabajo". Y así se pasó los años 60 y 70 siendo testigo paralelo de los acontecimientos políticos de una Transición que reconoce "imperfecta" y el florecer musical madrileño desde el barrio de 'La Prospe'. Más cercano al momento rock y la música suburbial de Burning y Rosendo, Wyoming califica la Movida como "algo pseudopijillo, los hijos de la clase media entraban en la música y hacían otro tipo de género, pero era un grupo muy reducido, mucho más mediático posteriormente que en su momento", señala.
Pero sí recuerda los éxitos y fracasos de su primera banda de rock, Paracelso, "mucho más macarra" con la que acudieron a un festival de Bilbao junto a Manolo Tena. "Cuando subimos al escenario nos sorprendió una multitud que coreaba en masa una canción que ahora sería considerada carne de presidio: Carrero voló, voló y en el alero quedó- decían-", recuerda Wyoming. "Esto ahora sería impensable, pero en los 70 tras la muerte de Franco había un vacío de poder, que nadie se atrevía a reprimir, aunque aún hoy hay gente que está siendo juzgada", relata con la sensación de que pertenece a una generación en la que la libertad era "un bien perecedero" y había que hacer uso de ella". "En eso hemos nos hemos retrasado mucho, hay mucho miedo a hacer uso de la libertad en muchos entornos", comenta.
Los efectos del Franquismo
"Somos el único país donde el fascismo triunfó y permaneció durante 40 años y esto genera una sociología que aún hoy está presente", afirma Wyoming. El presentador de televisión ha recordado cómo cuando hace unos años decía que en España "gobernaba la extrema derecha", la gente no le tomaba en serio. "Hay un gran mito de que con el 20N se murió Franco y con él 30 millones de fascistas, pero eso es mentira ya que heredamos el mismo Ejército, la misma policía y la misma estructura judicial", asegura, con una postura crítica hacia el proceso gradual de reformas en que finalmente consistió la Transición.
"El consenso no existió, la Transición fue un encaje y no hubo reconciliación. Un pacto de cúpulas de partidos para apaciguar las ansias de libertas de una sociedad que caminaba en otra dirección". Y va más allá, en su libro afirma que "Felipe González fue el aliado perfecto para evitar que determinados cambios ocurrieran". Consciente de las reacciones que provocan sus palabras se ríe de que le llamen "rojo". "La sociedad se ha escorado a la derecha y eso hace que un tipo que antes era "medio normal" ahora sea considerado de extrema izquierda. Antes, para ser rojo tenías que ser marxista, ahora basta solo con no ser racista", asegura y alerta sobre los riesgos del discurso de la extrema derecha, ahora en el Congreso.
"Vox siempre ha estado ahí"
"El discurso de Vox es una falacia. No están en contra de la inmigración ilegal, sino de que esos inmigrantes se conviertan en ciudadanos, adquieran derechos y haya que pagarles la Seguridad Social. Lo que quieren es que vengan inmigrantes en masa para esclavizarlos y hacer de los campos del sur los nuevos campos de algodón de Georgia", ha explicado Wyoming en la rueda de prensa.
Y va más allá, señalando que es un partido que "siempre ha estado ahí". "Vox es una escisión del PP, Esperanza Aguirre le puso un sueldo a Santiago Abascal por no hacer nada. Cuando se quedó sin sueldo, montó un partido para seguir con su chiringuito" sostiene el presentador. "Si se hubiesen empleado con la corrupción igual que con el independentismo, no habría ya más corrupción en España", critica Wyoming y recuerda que esto es una herencia de la Transición.
¿Queda Wyoming para rato?
En cuanto a su exposición pública y el programa de actualidad que dirige en la Sexta, El Intemedio (@El_Intermedio), reconoce cierta saturación de la política. "Llevamos 14 años con los mismos personajes delinquiendo y esto genera mucha angustia. Pero tengo un método de liberación, que es mi banda de rock Los Insolventes, y vuelve a insistir en que sus horas de programa no son para él trabajo". Y aunque la fama le ha haya hecho dejar los bares por los lugares recónditos, "tiene la ventaja de estar en contacto con gente que siempre ha admirado".
Al borde los 65 años, este diario le ha preguntado al presentador si le preocupa el momento de la jubilación, algo que no ha descartado, aunque sin cerrar una fecha concreta. "Mi jubilación se va a parecer mucho a mi vida laboral, porque lo que recuerdo ahora del día a día no son mis horas de trabajo sino el resto de cosas que hago". "Yo vengo del mundo del entretenimiento, el que habla de política no soy yo. Estoy más cercano al joven de la foto de la portada de mi libro con pelo largo y plumas que a un experto en "actualidad", puntualiza. Respecto a la longevidad, asegura que "si es genética", espera seguir la senda de su abuelo que llegó a los 100 años. "Porque una vida, tal como me ha ido, es bien poco".