Algunos problemas de ser mayor

Edadismo. Presente cada día y muy extendido. Pero comienza mucho antes de lo previsto. Si necesitas trabajar y tienes más de 50 años, o eres un buen especialista en alguna profesión o vas a tener muy complicado encontrar empleo. Cuando empresas grandes, medianas y pequeñas reciben un currículum o a través de entrevista personal, si tu edad está en la cincuentena, lo probable es que te rechacen. A más años, más rechazo. ¿Cómo se soluciona eso? Ni idea.

Ley de paridad. Una disposición legal para equilibrar, para reducir las diferencias de género en todos los ámbitos, incluidos organismos públicos y entidades donde se toman decisiones económicas y políticas. Pero no hay ninguna disposición que equilibre esas diferencias por razón de edad. En las empresas hay una absoluta preferencia a menores de 50 años, por “política de empresa”, según dicen. 

¿Y en la política?  El porcentaje de mayores en España supera ya el 20%, una quinta parte de la población, Casi 10 millones de personas de más de 65 años. Ahora hay que ver las listas electorales a todos los niveles, incluyendo aquellos puestos de libre designación en los numerosos organismos que hay creados, a cientos, o miles… Creo que el resultado puede despejar las dudas. Los mayores de 65 años unos poquitos, si aparecen tímidamente; el resto, a la zona donde no estorben, o sea, fuera de la política viva y en directo. Si estoy errado espero la demostración práctica de lo contrario.

Hay, seguro, muchas personas mayores que se quedan muy a gusto sentados delante de un televisor o pasan los días observando las obras en las calles de una localidad. Y quienes se reúnen para charlar, echar una partida de cartas o caminar lo que cada uno pueda… Pero, ¿y quienes tienen –tenemos– inquietudes por ir más allá, por ser útiles a la sociedad con otras cosas, por aportar nuestra experiencia y conocimientos en muchas áreas? ¿Qué pasa con nosotros? ¿Estamos ya desahuciados de la vida activa y de la política activa?

Si tuviese una varita mágica, crearía en diversas zonas de la ciudad o en el campo, grupos de opinión, de debate, que se reuniesen periódicamente y adoptasen propuestas sobre diversos temas que después fuesen enviadas a los organismos competentes.

¿Que no se hace caso de ellas? Bueno, al menos se cumple una inquietud y la obligación moral autoimpuesta. Y siempre queda la satisfacción personal. Sólo me falta la varita mágica. O que los mayores nos “pongamos las pilas”, que creo que nos hace mucha falta.

Si eres lector o lectora de 65YMÁS y quieres denunciar cualquier situación de la que hayas sido testigo, dar tu opinión sobre cualquier tema de actualidad o sobre cualquier circunstancia que te afecte, puedes enviarnos una carta a nuestro diario. Es muy sencillo. Sólo tienes que entrar en CARTAS A LA DIRECTORA o rellenar este formulario: