Dra. Rocío García-Ramos
Opinión

Alzhéimer: un desafío global en el cuidado de la salud cerebral

Dra. Rocío García-Ramos

Sábado 21 de septiembre de 2024

7 minutos

Alzhéimer: un desafío global en el cuidado de la salud cerebral

Sábado 21 de septiembre de 2024

7 minutos

La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia en el mundo y representa un desafío creciente tanto para las personas afectadas como para sus familias y el sistema de salud. 

Casi 800.000 personas en España la padecen. Su prevalencia aumenta considerablemente con la edad. Según estudios, afecta aproximadamente al 7-8% de las personas mayores de 65 años y hasta el 30-40% de los mayores de 85 años.

El alzhéimer es una enfermedad que produce una muerte progresiva de neuronas principalmente en la región temporo-parietal del cerebro y que lleva a una pérdida progresiva de las funciones cognitivas, como la memoria, el lenguaje, la capacidad de tomar decisiones y el comportamiento.

Aunque aún no se comprenden completamente todas las causas de la enfermedad, se sabe que está relacionada con la acumulación anormal de proteínas en el cerebro, como la beta-amiloide y la tau, que forman placas y ovillos que interrumpen la comunicación entre las neuronas y, eventualmente, las destruyen. 

Deterioro cognitivo progresivo

Se caracteriza, además, por un deterioro cognitivo progresivo que afecta la memoria y otras funciones mentales. Además, produce cambios conductuales como agitación, agresividad, confusión nocturna o deambulación. En las fases más avanzadas de la enfermedad, los pacientes tienen una necesidad de asistencia para todas las actividades diarias, como comer, bañarse o vestirse producido no sólo por la alteración cognitiva sino por la inmovilidad, incontinencia y problemas para tragar que produce la enfermedad. Aunque los síntomas iniciales pueden confundirse con signos normales del envejecimiento, como olvidos esporádicos o pequeños lapsos de concentración, cada vez existen más biomarcadores que permiten un diagnóstico precoz y preciso. 

El diagnóstico

El diagnóstico requiere un enfoque clínico, neuropsicológico y la utilización de pruebas complementarias para identificar la neurodegeneración que causa la clínica y que permitan excluir otras causas de demencia. 

Entre las pruebas complementarias se pueden realizar pruebas de imagen como Resonancia magnética o Tomografía Computarizada, que pueden mostrar atrofia en el hipocampo y en otras áreas del cerebro afectadas por el alzhéimer, aunque no son específicas. También son útiles para descartar otras patologías como tumores, infartos o hidrocefalia.

 

La inteligencia artificial predice el progreso del alzhéimer mejor que las pruebas clínicas

 

Otras pruebas son las de M edicina Nuclear, como la Tomografía por emisión de positrones (PET), que permite detectar depósitos de β-amiloide (PET amiloide) o alteraciones en el metabolismo de la glucosa (FDG-PET) en el cerebro, que son características de la enfermedadr; y por último los biomarcadores en líquido cefalorraquídeo (LCR) dónde observamos cambios en la concentración de β-amiloide y proteína tau.  

El diagnóstico no es estático, requiere un seguimiento regular para monitorear la progresión del deterioro cognitivo, la evolución clínica, y ajustar el tratamiento según sea necesario.

El tratamiento

Aunque no existe una cura definitiva, hay ciertos medicamentos sintomáticos que mejoran la clínica de los pacientes no sólo cognitiva sino todos los síntomas asociados que presenta esta enfermedad. A medida que la ciencia avanza, se espera que los tratamientos sean más eficaces y personalizados.

En los últimos años, ha habido avances significativos en las investigaciones sobre nuevas terapias para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer especialmente con los avances en el uso de anticuerpos monoclonales dirigidos a la β-amiloide, y la creciente investigación sobre la proteína tau y la neuroinflamación. 

Varios fármacos están diseñados para reducir o eliminar las placas de amiloide en el cerebro. Entre los más destacados y aprobados recientemente destacan Lecanemab y Donanemab, aprobados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos e EEUU (FDA). Estos pueden ofrecer una ralentización significativa de la progresión del alzhéimer en pacientes seleccionados (etapas tempranas, bajo nivel de tau), con un impacto positivo en la calidad de vida y la funcionalidad diaria.

El mayor riesgo asociado es el desarrollo de edema cerebral y microhemorragias en un porcentaje no desdeñable de pacientes, lo que requiere una monitorización estrecha. Además, el tratamiento es costoso y no está indicado para todos los pacientes. 

Estos tratamientos representan un avance importante, aunque están indicados principalmente en las etapas iniciales de la enfermedad y no son curativos, sino que buscan ralentizar la progresión. En Europa, estos fármacos no están aprobados para su uso. 

Las otras terapias 

Además de los tratamientos farmacológicos, las terapias no farmacológicas siguen siendo una parte importante del manejo del alzhéimer los que más evidencia tienen son la estimulación cognitiva y programas basados en la modificación de hábitos, como el ejercicio regular, una dieta saludable (como la Dieta Mediterránea), y el control de factores de riesgo cardiovascular.

 

bigstock

 

La enfermedad de Alzheimer no solo afecta a las personas que la padecen, sino también a sus familias y a la sociedad en general. Los cuidadores, a menudo familiares cercanos, enfrentan una enorme presión emocional y física, lo que puede llevar a problemas de salud como estrés, ansiedad y depresión.

A nivel económico, el costo de los cuidados es elevado, y muchas veces las familias se ven abrumadas por la necesidad de contratar ayuda externa o ingresar a los pacientes en residencias especializadas. Además, el envejecimiento de la población a nivel mundial pone en alerta a los sistemas de salud, ya que la demanda de recursos para atender a estos pacientes aumentará considerablemente en las próximas décadas.

Es fundamental que, como sociedad, fomentemos una mayor comprensión del alzhéimer y apoyemos la investigación para encontrar tratamientos más efectivos e, idealmente, una cura. 

Sobre el autor:

Dra. Rocío García-Ramos

Dra. Rocío García-Ramos

La Dra. Rocío García-Ramos es miembro del Comité Médico de Cuídate+. Es neuróloga en el Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y Profesora Asociada de la Facultad de Medicina de la UCM. Actualmente también es Editora Asociada de la revista Neurología, Publicación Oficial de la SEN, y ha participado en varios libros.

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