Matilde Fernández nos cuenta lo que ocurrió en un lejano 1985 cuando ideaba dar cuerpo al proyecto de viajes para la tercera edad o viajes del Imserso: “Buscábamos la manera de no tener que cerrar los hoteles en invierno y encontrar la forma de generar calidad de vida para los mayores creando riqueza para el país”.
Y continúa reflexionando la sindicalista y posterior responsable de políticas sociales del Gobierno socialista: “Si los hoteles seguían abiertos todo el año se acababa con los fijos discontinuos, de manera que estábamos ayudando a crear empleo, dinamizando el sector y dando la oportunidad de enriquecer sus vidas a muchos españoles que nunca habían salido de casa, que no conocían el mar o la montaña y que jamás se habían subido a un tren o un avión”, afirma la mujer que tenía la responsabilidad de un ministerio que pasará a la historia por haber animado a cambiar de aires y desprenderse de sus complejos a miles de españoles.
La historia de lo que se bautizaría como viajes del Imserso comenzó a escribirse en el año 1985 con 16.000 plazas, 19 hoteles y dos destinos: Benidorm y Palma de Mallorca.
Juan José Hidalgo funda Viajes Halcón, la primera de las empresas de su holding en 1972, por otro lado Viajes el Corte Inglés, tiene una antigüedad de más de 40 años es decir se constituye aproximadamente alrededor de 1979. Curiosamente ninguno de los dos vio inicialmente un nicho de negocio en la comercialización de viajes a bajo coste para la tercera edad, y aparentemente ninguno de los dos pensó en la rentabilidad que puede obtener un complejo turístico fuera de la temporada alta de la hostelería y el ocio.
Quizás y digo quizás, la diferencia está en la visión social de una idea disruptiva y la visión puramente comercial de la misma, sin aparente aportación de rentabilidad. Quizás ahí se encuentra la verdadera diferencia de los objetivos de Matilde como ministra de asuntos sociales y los empresarios al frente de las empresas del ocio.
Una vez más la diferencia entre lo divino y lo humano, lo divino que algunos junta letras quieren hacernos ver en la gestión privada, la misma que es incapaz de dar rentabilidades positivas a los planes de pensiones privados o la misma que ha generado las mayores listas de espera en la sanidad pública, hoy mayoritariamente de gestión privada.
Contra esta gestión divina y privada, está la gestión pública, lo humano, una forma de gestionar diferente que nace de la necesidad de gestionar los recursos de la nación para favorecer a los más necesitados, y que por tanto siempre se marca su objetivo en lo social, en dar posibilidades a quienes no tienen medios para poder optar a ellos. En ofrecer un merecido descanso a quienes han estado años y años explotados, en las fábricas o en el servicio doméstico.
Los viajes del Imserso, motivo de esta reflexión, han servido para pasar de una sociedad que vivía en el blanco y negro al technicolor, han acercado la posibilidad de viajar a millones de españoles, qué sin esta iniciativa social, jamás hubieran conocido el mar… En definitiva, ha sido una forma de socializar el ocio, el descanso y por qué no decirlo abrirse al conocimiento de otra España diferente, más plural y abierta.
No señores empresarios de la hostelería y el ocio, y no queridos plumillas al servicio de los anteriores, los viajes del Imserso no corren peligro de desaparición, a pesar de vuestros cambios de criterio monetaristas y amenazas legalistas, hoy gozan de mejor salud que nunca. No mientras cuenten para su defensa con los organismos públicos y la sociedad civil. No mientras sigan manteniendo su valor social. No mientras millones de personas mayores sin posibilidades económicas tengan y sientan la necesidad de disfrutarlos.
Recuerden señores empresarios de hostelería que ustedes, recurrieron los pliegos de licitación de los viajes de turismo social para la próxima temporada al tribunal central de recursos contractuales y la resolución desestimó su petición y daba la razón al IMSERSO, los pliegos eran correctos y bien fundamentados. Así que les preguntamos, quien aboca al caos: Ustedes o el gobierno? Quien desea el caos, ustedes para privatizar un servicio público al que solo tengan acceso los adultos mayores con buen poder adquisitivo?
Los viajes del Imserso no pueden ni deben analizarse desde una perspectiva exclusivamente empresarial, analizando su rentabilidad o el retorno de la inversión, deben verse como una política social, racional en su gestión y colectiva en su participación, al servicio de 9 millones de personas mayores, que se han ganado merecidamente un descanso y la satisfacción de algunos de sus sueños.
Por todo ello nosotros, la UJP-UGT, como sindicato de clase, nos mantendremos liderando y reivindicando la defensa de los intereses de las clases más desfavorecidas y de entre ellas los adultos mayores y sus necesidades de disfrute, fractura de la soledad, socialización y conocimiento, características fundamentales de los viajes sociales del Imserso.
Anatolio Díez Merino, Secretario General UJP-UGT y miembro del Comité Asesor de 65Ymás.