Definitivamente, se cumplió e hizo realidad el ya famoso con "¡Con Rivera No!", podemos confirmar que ya es una realidad: en España contamos con un gobierno de progreso.
Un gobierno cosido con diferentes retales, que abarca desde el centro izquierda catalán, pasando por el centro derecha vasco y la abstención de la izquierda abertzale, regionalistas canarios, valencianos y turolenses, y las opciones estatales de PSOE, Podemos y Más País. Sin duda un futuro gobierno difícil de gestionar, pero con la firme convicción de frenar a la extrema derecha y acabar con los excesos en forma de reformas neoliberales de la derecha.
Un gobierno que genera ilusión en los más desfavorecidos y provoca las peores formas y llamadas a la sublevación de aquellos que siempre lo han tenido todo, los defensores del capital.
Un gobierno que ilusiona por los retos que tiene frente a él: la igualdad entre hombres y mujeres, el respeto a lo diferente ya sea por cuestiones de raza, sexo o ideología, acabar con la pobreza y las desigualdades sociales, restituir los derechos perdidos por la clase trabajadora, defender y blindar las pensiones públicas, devolver la libertad de expresión perdida y que amordaza a los ciudadanos, en definitiva rediseñar esta España plurinacional vieja, y capacitarla de la mejor forma para encarar los retos ecológicos y digitales que nos depara el siglo XXI, acabando con las desigualdades entre las comunidades autónomas que la conforman y resolviendo políticamente la cuestión nacional catalana, la gallega o la vasca, evitando su enquistamiento jurídico y social.
Nosotros las personas mayores, recibimos ilusionadas, seguramente, son cosas de la edad, porque algunos aún recuerdan aquellos gobiernos similares del Frente Popular, que depararon, sin ninguna duda, los mayores avances y progresos políticos y sociales que jamás se vieron en nuestro país: La igualdad entre hombres y mujeres aprobando el voto de las últimas, la reforma agraria, las misiones pedagógicas, la construcción de más de 10.000 escuelas y la contratación de 7.000 maestros, la instauración de la libertad de pensamiento y la militancia política y sindical. Las libertades conquistadas sirvieron como caldo de cultivo para el desarrollo de una de las generaciones de intelectuales más importantes del siglo XX. La Generación del 27, compuesta por personalidades como Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti o Vicente Aleixandre y también por las conocidas como "las sin nombre"; intelectuales como las poetisas Concha Méndez-Cuesta y María Teresa León, la novelista Josefina de la Torre o la filósofa y ensayista María Zambrano, voces de mujer silenciadas por su condición de género.
Por esta España de cambio y progreso, la generación más preparada de la historia de nuestra nación dio su vida, hoy esparcida por las cunetas de nuestro país, para la que seguimos exigiendo: verdad, justicia y reparación.
Hoy, una vez más, los trabajadores, los que más necesitamos el que se produzcan cambios debemos mantenernos en alerta, movilizados, ya que los defensores de los intereses del capital, la derecha española y europea, intentarán sesgar nuestros sueños de avance y progreso hacia una España mejor. Más igualitaria y libre.
Nuestra agenda como defensores de los intereses de los adultos mayores se mantiene y vigilaremos su cumplimiento, como siempre lo hemos hecho de forma leal y constructiva, pero sin apartarnos de la movilización y la reivindicación de aquello que consideramos justo: blindar las pensiones, incrementar el poder adquisitivo de las pensiones más bajas, eliminar los copagos, transformar la ley de dependencia, adoptando el gobierno la responsabilidad que le corresponde para dotarla de un presupuesto suficiente, desarrollar canales de den visibilidad y participación a nuestro colectivo.
En definitiva, una ilusión contenida, fundamentalmente por la situación compleja que vive nuestro país, dentro de una problemática global y enfriamiento económico. Somos sabedores de las dificultades que debe enfrentar el nuevo gobierno de coalición, presionado como se ha visto en los debates de investidura, por una derecha más agresiva que nunca y una extrema derecha sin complejos que ya no oculta cuáles son sus verdaderas intenciones, volver a una España negra de triste recuerdo colectivo. La presión fiscal que ejerce Europa será sin duda otro grave escollo que deberá encarar el gobierno de progreso.
Pero a pesar de todos estos inconvenientes, seguimos pensando que otro país es posible y necesario.
Anatolio Díez Merino
Secretario General de la UJP-UGT