Sin duda alguna, si hemos de hablar de debilidades, la primera sería la gestión privada en cuyas manos mayoritariamente está el negocio de las residencias para mayores. Hoy, éstas son vistas, por sus empresarios propietarios, más como un nicho de negocio rentable que exclusivamente busca el beneficio financiero, en vez de ser lo que deben ser, obviamente, un servicio social hacia las personas mayores y su vulnerabilidad. Un simple dato en la Comunidad de Madrid, según datos del portal Inforesidencias, existen 497 residencias para mayores de las cuales únicamente el 5%, 25, son públicas.
Si continuamos con la gestión, en este caso la pública, en las 25 residencias públicas de la Comunidad de Madrid tienen un agujero que marca un déficit de 215 empleados, cifra muy alejada de lo que el propio Gobierno regional estima necesario para su servicio, según datos oficiales. Pero esta insuficiencia de personal no es una queja común sólo hacia la gestión pública, dado que las familias y trabajadores han mostrado su malestar también en el resto de residencias, es decir sobre las 472 privadas. Se trata, como podemos apreciar, de una de las carencias más sensibles en un sector en expansión por el aumento del envejecimiento de la población.
Las 215 plazas vacantes existentes en las residencias de gestión pública afectan a 26 categorías de trabajadores, desde enfermeros hasta cocineros y conductores, según los datos contenidos en una respuesta del Gobierno regional a una petición de información hecha por el grupo parlamentario del PSOE, en agosto de este mismo año. Alrededor de un tercio es personal encargado de cuidados de salud.
Por otro lado el servicio hacia las personas mayores, deja mucho que desear, exclusivamente en el año 2018 se recibieron, oficialmente, quejas que acabaron en más de 41 sanciones hacia los gestores de las residencias, el 2019 ya lo hemos iniciado con el cierre de algún centro.
Por lo tanto, la gestión basada en la rentabilidad y no en el servicio social a personas vulnerables es la primera deficiencia que debe resolverse.
Amenazas a las que tiene que hacer frente este sistema
La credibilidad del sistema es una de las principales amenazas que tienen las residencias para mayores. Y este hecho, se observa en uno de los puntos del pacto para la gobernabilidad de la región subscrito entre el PP y C´s: “Desarrollaremos un plan para la prevención y detección de la violencia contra las personas mayores, tanto en el ámbito doméstico, como en el de las residencias de la Comunidad de Madrid”, y van más allá: “Reforzaremos los medios de vigilancia e inspección sobre las residencias, tanto públicas como concertadas, para asegurar un servicio de calidad y un trato digno para todas las personas mayores”.
Palabras textuales del pacto gubernamental. Por tanto, existen problemas en la gestión de las residencias y falta de credibilidad sobre las mismas, como se reconoce en el pacto de gobierno, problemas que han sido generados por una de las partes que firma el propio pacto para constituir el nuevo/viejo gobierno autonómico, el PP, pero aparentemente es ahora cuando tienen la llave para resolverlo, si ellos crearon el desaguisado, ellos deben saber como resolverlo, pero de inicio la responsabilidad se la han dado a un consejero de C´s.
Por tanto, la credibilidad vendrá dada cuando su gestión nazca realmente de la necesidad de ofrecer un servicio social a quienes lo necesitan, servicio que debe ser prestado por profesionales con formación técnica y sentido del significado que tiene el trabajo social.
Seguiremos, sin embargo, siendo críticos con la gestión actual, mientras la misma siga siendo entendida como un negocio, del que se espera únicamente el retorno de beneficios de la inversión realizada por los empresarios del sector.
¿Fortalezas?
Ninguna. Si a la mala gestión, sumamos la falta de credibilidad, a esta las sanciones y cierres que se han producido, sin contar con los fallecimientos por negligencia, y acabamos con la falta de recursos humanos y técnicos, sinceramente pocas o ninguna fortaleza podemos encontrar en el sistema actual de gestión política de las residencias para mayores.
Como ninguna fortaleza encontraremos, en un pacto que niega la necesidad de invertir en políticas sociales necesarias para resolver los problemas de los mayores, negativa que encontramos en un Gobierno, como el que hoy rige los destinos de la Comunidad, casado con la gestión neoliberal y por tanto, partidario de la privatización de todo lo público, visto esto como un gasto y no como una inversión social.
Oportunidades
Evidentemente, con la apuesta desmesurada del actual Gobierno regional de privatizar todo vestigio de servicio público, hay una oportunidad de negocio para todo aquel empresario que busque un nicho rentable para su capital, cada día hay más personas mayores y por tanto mayor necesidad de plazas residenciales, si estas plazas encima están subvencionadas por dinero público y prácticamente sin políticas de inspección hacia la gestión que se realiza en las mismas, como es el caso, pocos sectores pueden hoy tener unas posibilidades de rentabilidad mayor: la socialización de las pérdidas, trae beneficios jugosos para los empresarios, hoy mayoritariamente en la Comunidad, franceses e ingleses.
Sin embargo, un cambio de modelo traería consigo la consecución de tres hitos importantes:
- El sector puede, debe y esta obligado a generar empleo y por tanto riqueza para el país.
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Formar buenos profesionales, para dotar al modelo de credibilidad y riqueza social.
- Un modelo que apueste por las políticas sociales, necesarias para satisfacer las demandas de los más vulnerables. En definitiva, una apuesta firme por la gestión pública.
Anatolio Díez Merino
Secretario General de la UJP-UGT y miembro del Comité Asesor de 65Ymás.