Francisco Olavarría Ramos
Francisco Olavarría Ramos es profesional de la comunicación, con experiencia de trabajo en entidades y empresas relacionadas con las personas mayores o personas con discapacidad.
… saber más sobre el autorLunes 4 de mayo de 2020
ACTUALIZADO : Martes 12 de mayo de 2020 a las 10:58 H
2 minutos
Lunes 4 de mayo de 2020
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De las muchas sabidurías que los antiguos nos legaron y que las personas mayores bien conocen, el aforismo Ars longa vita brevis resume mucho de lo que el envejecimiento, como proceso de maduración viene a ser. Esa cita de Hipócrates dice algo así como que "El arte (el conocimiento) es largo (de aprender), pero la vida es breve” y que la formación continúa depende, sobre todo de nosotros.
Si en la época del médico griego la esperanza de vida era entorno a los 30 años, nuestra realidad, la tuya y la mía, indican que bien triplicaremos aquella cifra. Más años y más vivencias nos esperan y en ese vivir, mucha adaptación al cambio. Algo, el cambio, a lo que deberás asumir como lo único cierto y lo único que te salvará la vida. Ya Darwin no los explicó, de la mano de su teoría sobre la Selección Natural para explicar, entre otras cosas, que sólo aquellas especies capaces de adaptarse a las situaciones y los entornos sobrevirían con éxito.
Vidas largas para experimentar y para formarse, porque como así han demostrado investigaciones internacionales, el aprendizaje en los adultos mayores se asocia con mejores resultados psicosociales. Estas personas, que continuan cultivándose el alma, en sus casas, con el apoyo de las nuevas tecnologías, o disfrutando de los programas universitarios, muestran mayor satisfacción con la vida y mejor autoestima. Además de un mayor compromiso cívico y conexión con su ser espiritual.
Desde la infancia entramos en una sucesión de formaciones constantes que con el paso del tiempo, debes incorporar, reciclar o desechar sin saber dónde, cómo o por qué. Seguiré insistiendo en los mismos consejos: volver al pasado para leer a los clásicos, escuchar a los viejos y proyectarnos en el futuro, con estas referencias insistituibles que vienen de personas con historia.
En el plano más personal, yo con ellos y ellas, he aprendido que todo cambia, que nada es terno y que todo cambia, y a partir de esto, el valor de la vida y las vidas largas.
Conclusión: selecciona y aprovecha que la vida es breve.
Francisco Olavarría Ramos, licenciado en comunicación y activista en favor de los derechos de personas mayores y personas con discapacidad