Inversiones que cubren la inflación, con bajo riesgo asumido

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Los últimos años han sido quizá de los peores para el ahorrador / inversor conservador, que suele coincidir con personas mayores o jubiladas que han conseguido con esfuerzo un colchón que les permita disfrutar de los últimos años de vida. Desde la crisis inmobiliaria (activo estrella de principios del milenio), pasando por preferentes o la crisis periférica europea, este tipo de inversores han visto cómo sus ahorros se veían reducidos o no cumplían con las expectativas depositadas.

En una época más reciente, los tipos negativos generados por las políticas monetarias de los bancos centrales han llevado a esta clase de inversores a buscar alternativas al tradicional plazo fijo, asumiendo posiciones de riesgo con las que no están cómodos o que no se han explicado de forma correcta. Búsqueda de fondos de renta fija de mayor duración o con posiciones más arriesgadas en cuanto a divisa o solvencia del emisor; posiciones en renta variable defensiva, vinculada a sectores con elevados dividendos, que en el año 2022 se han visto afectados por una fuerte corrección. Esto, unido al alza de la inflación, ha llevado a un nuevo e importante bocado a los ahorros de estos inversores.

Con la inflación todavía en niveles elevados, el ahorrador sigue buscando activos seguros que le permitan no volver a perder poder adquisitivo. Descartados los depósitos a plazo fijo, ya que las entidades financieras siguen sin ofrecer rentabilidades atractivas, a menos que cambies de entidad, toca volver a bucear en el mercado a ver qué activos ofrecen estas características. Las mejores posibilidades de cambio se concretan en banca digital de entidades extranjeras, que ofrecen tipos de interés en depósitos más elevados, aunque los jubilados pueden encontrar obstáculos de acceso por la denominada brecha digital.

Objetivo: batir la inflación, sin demasiado riesgo

En este momento, sí existen alternativas que llegan a cubrir la inflación y donde el riesgo asumido es bajo o muy similar al de los depósitos. Se trata de la renta fija de gobiernos, como el español, que está pagando en sus últimas emisiones el 3,25% a 3 meses, el 3,8% a 12 meses o, en plazos más largos, retornos del 3,2% a 3 y 5 años, siempre que se mantengan estos activos a vencimiento.

Además, existen fondos monetarios que invierten en este tipo de activos y el riesgo asumido también es muy bajo, ofreciendo retornos muy similares a los de las emisiones de gobiernos de corto plazo.

Desde estos activos más seguros, existe una amplia gama de activos de renta fija atendiendo al vencimiento, calidad crediticia o enfoque geográfico que, siendo lógicamente más arriesgados, pueden llevar a generar unas rentabilidades atractivas en los próximos años.

Después de mucho tiempo, las subidas de tipos de interés han devuelto el atractivo perdido en la última década a la renta fija, y podría ser una de las alternativas más fiables para alcanzar rentabilidad superior a la inflación en el largo plazo.