Para mantener las pensiones, hay que hacer lo que haga falta
Pepe ÁlvarezSábado 16 de noviembre de 2019
6 minutos
Sábado 16 de noviembre de 2019
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Las mayores amenazas para las pensiones públicas provienen de la falta de rigor con la que se analiza la situación presente y la viabilidad futura del sistema de pensiones, junto a la difusión continua en determinados medios de mensajes carentes de fundamento, pero colmados de intereses espurios, acerca de una supuesta insostenibilidad de mantenerlas o de lograrlo si no se las somete a considerables recortes.
A todo ello, contribuye la debilidad de la defensa realizada por las fuerzas políticas del sistema público de pensiones y de un compromiso pleno y permanente con este más allá de las exigencias que ahora o en el futuro pudieran presentarse.
En lugar de sembrar dudas infundadas, sería necesario hacer una defensa mucho mayor y más sólida reuniendo en esa tarea a las fuerzas políticas y a las organizaciones sindicales y empresariales. Porque nada del discurso sobre la insostenibilidad de las pensiones resulta cierto.
Es cierto el déficit actual de la Seguridad Social (@info_TGSS), pero también que su causa no está en el sistema de pensiones, sino en el mercado de trabajo, en la enorme destrucción de empleo y en la devaluación salarial, que provienen todas ellas de la desregulación y precariedad a la que está sometido, y que han hundido los ingresos de la misma en cifras que superan los 40.000 millones de euros. Como también es cierto que en este momento la Seguridad Social se encuentra en déficit porque está aportando anualmente del orden de 8.700 millones de euros de ingresos por cotizaciones a los Presupuestos Generales con los que el Estado está pagando gastos propios (prestaciones asistenciales por desempleo y políticas activas de empleo), y está soportando otros 8.000 millones de gastos que tampoco le corresponden (sostenimiento de la Administración, políticas de empleo y subvenciones de determinados colectivos). La suma y la correcta aplicación de ingresos y gastos a la Seguridad Social bastaría y sobraría para eliminar su déficit.
La jubilación del 'baby boom' tendrá solo efecto temporal
Es cierto que el número de pensionistas va a crecer, al igual que la proporción que suponen los mayores sobre el total de la población, pero lo es mucho menos que eso sea debido al aumento de la longevidad y desde luego es falso que no se pueda mantener el gasto en pensiones en el futuro. Lo cierto es que las tres cuartas partes del aumento de los pensionistas se debe a la jubilación de la generación del baby boom, que es un fenómeno temporal, transitorio, que solo tendrá consecuencias sobre el crecimiento del gasto durante algo menos de veinte años, y a continuación este caerá drásticamente.
El nivel que puede alcanzar el gasto en pensiones públicas en ese intervalo es perfectamente asumible, como han puesto de manifiesto dos estudios (públicos) que han aparecido este mismo año y que pulverizan los anteriores (privados) que estimaban un nivel de gasto tan inflado como para que pudiera ser calificado de insostenible. Con una revisión de la racionalidad de las hipótesis demográficas, de empleo y del PIB (el de la AIREF @AIReF_es), y recalculando con precisión y rigor el gasto futuro en pensiones, aun aceptando las discutibles hipótesis del Ageing Report 2018 de la Comisión Europea (el de la Seguridad Social), ambos coinciden en estimar por debajo del 13,5% del PIB el gasto en pensiones contando con el mantenimiento del poder adquisitivo (sustitución del 0,25% por el IPC) y con la jubilación de la generación del baby boom.
Una cifra perfectamente sostenible a la vista de que ¡¡once países de la UE gastarán en pensiones más que el nuestro!!
Aumentar el empleo y la productividad, las claves
Y no es eso todo. Los estudios afirman que, si se adoptan las medidas necesarias para aumentar el empleo y la productividad por encima de lo estimado (cosa que en todo caso España debe hacer para garantizar su prosperidad futura), ese nivel de gasto podría reducirse entre 0,7 y 1,8 puntos porcentuales del PIB. A lo que habría que añadir que, mejorando la calidad y estabilidad del empleo y la participación de los salarios en el reparto de los incrementos de la productividad, los ingresos por cotizaciones estarían muy cerca del nivel suficiente para financiar, con pequeñas aportaciones fiscales, la totalidad del gasto en pensiones.
Los más recientes y rigurosos estudios han puesto en evidencia la falta de fundamento de la insistente tesis de la insostenibilidad de las pensiones públicas. Las fuerzas políticas han de tomar nota y de la mano de los interlocutores sociales adoptar con presteza las reformas presupuestarias y legales que hagan desaparecer un déficit artificioso y simulado en la Seguridad Social, y al tiempo aflorar la plena sostenibilidad futura de las pensiones públicas.
Con ello debe terminar de una vez por todas la campaña contra las pensiones públicas de algunos medios e impregnar a la sociedad de la seguridad futura de las pensiones y de la firme voluntad de todos en ello.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT (@UGT_Comunica)