Las pensiones en España: presente y futuro
Unai SordoDomingo 17 de noviembre de 2019
4 minutos
Domingo 17 de noviembre de 2019
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Unai Sordo: "Habrá conflicto seguro si el Gobierno no corrige la reforma laboral y de las pensiones
Se habla mucho sobre el sistema de pensiones, sobre su sostenibilidad, suficiencia, estructura de ingresos, contributividad, necesidades de reforma, parálisis institucional…
La realidad es que se trata de una de las piedras angulares de nuestro Estado de bienestar, en términos económicos la más importante, tanto por la cuantía mensual de la nómina de pensiones, superior a los 9.500 millones de euros, como por su importancia para la demanda interna de bienes y servicios en España.
Por ello, la principal fortaleza del sistema es la necesidad de su existencia y mantenimiento en niveles de suficiencia prestacional. No podemos prescindir de él en modo alguno. Su importancia social es determinante. Por ello, el debate es cómo mantenerlo y reforzarlo.
Cómo abordar los flancos que cuestionan el sistema
-En primer lugar, reforzando su estructura de ingresos para adaptarla al reto demográfico que afrontamos hasta mediados de siglo, complementando su principal fuente de ingresos, las cotizaciones de las personas asalariadas y las empresas, con ingresos adicionales de origen presupuestario superiores a los actuales. Hoy el Estado ya transfiere, de forma regular, a la Seguridad Social cada año en torno a un 10% de su Presupuesto. En estos años de diferencia negativa entre ingresos por cotizaciones y gasto en prestaciones contributivas, la cifra es aún superior por las aportaciones presupuestarias extraordinarias que, indebidamente, se están configurando como préstamos del Tesoro. Estos préstamos no generan intereses y no deben ser devueltos configurando una ficción con la que se debe acabar.
-En segundo lugar, recuperando los marcos de consenso político y social que han regido el gobierno de nuestra Seguridad Social desde 1995. Para ello, debemos retornar al último escenario de consenso alcanzado en 2011, eliminando la reforma no pactada de 2013 que supone, de no corregirse, un fortísimo debilitamiento de nuestra cobertura por pensiones, empobreciendo a futuro de forma notable a la población pensionista y rompiendo con el principio de contributividad al no garantizar el poder adquisitivo de las pensiones.
-En tercer lugar, actuando sobre ese mismo principio de contributividad, consiguiendo que los entre 4,5 y 5 millones de personas –de los 19,5 millones de cotizantes a la Seguridad Social– que no cotizan a la misma por sus ingresos reales, lo hagan, lo cual reforzaría la estructura financiera de la Seguridad Social y la equidad de la misma.
-Finalmente, volviendo a recuperar el marco de revisiones y reformas periódicas pactadas de nuestro sistema de pensiones. Es la mejor garantía de que las actuaciones sobre el mismo se hagan actuando sobre ingresos, gastos y comportamientos de cotización, de forma equilibrada y justa, manteniendo un tratamiento equitativo entre las distintas generaciones, más o menos amplias, así como dentro del conjunto de las actuales personas cotizantes, cuyo esfuerzo no se distribuye con la homogeneidad y equidad que debiera.
De esta forma, nos apartaremos de las recetas de ajuste y recorte de derechos que se han impuesto en los años de la crisis e intentan consolidarse en el futuro. Y consolidaremos un sistema de pensiones que es capital para las personas que viven de los ingresos que proporciona, pero también para las empresas y el empleo que atienden a este sector de importancia demográfica y económica creciente en las próximas décadas.
Unai Sordo (@UnaiSordo), secretario general de CCOO (@CCOO)