Indican los expertos, que un reto es un objetivo difícil de llevar a cabo. Por este motivo resulta ser un desafío y un estímulo para quien se enfrenta a él. Por lo tanto, un reto es algo complicado de superar, sobre todo en las ocasiones en las que no son realistas.
Decía Pablo Picasso.” Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”. Las cosas y los temas, además de pensarlas, debemos hacerlas, debemos hacer que ocurran. Por los menos intentarlas, decirlas y publicarlas. Aunque sea predicar en el desierto de la sociedad española.
¿Tenemos, los mayores, retos y estímulos? Creemos que sí. A pesar de los numerosos congresos que se realizan, cursos y encuentros diversos, nuevas publicaciones y libros, aparición de más plataformas de mayores, coloquios, etc. seguimos con los problemas eternos, que no se resuelven nunca o casi nunca, y estamos ya avanzando en el siglo XXI.
Volvemos a reconocer y a aplaudir cada día, el valor y la persistencia de las diferentes organizaciones de mayores conocidas, que han centrado su campo de acción en luchar por conseguir unas pensiones dignas, trabajar en los temas de la salud y en el buen trato, edadismo, residencias de este siglo XXI centradas en las personas y, últimamente, en la soledad. Todo ello con el fin de lograr un alto grado de bienestar, de calidad de vida. Mucho ha sido lo obtenido y avanzado. Pero todavía queda mucho por hacer y ganar.
El primer reto de las asociaciones de mayores:
1.- Las grandes dificultades de financiación que tenemos, que se han convertido en un “problema endémico” y que urge a “atajar con urgencia”. Nos merecemos pasar de la subvención a la asignación. Las Entidades de Mayores que existen en nuestro país, con un largo recorrido e historia, dedicados a los mayores, con los beneficios socioculturales que prestan a nuestra sociedad, debemos tener una asignación anual fija, y no transitar cada año por las incertidumbres económicas, por no saber si podemos seguir funcionando si careciéramos de la subvención.
Esta falta de recursos económicos condiciona gravemente la vida y las actividades de nuestras asociaciones. Así nos pasa en CEATE. Cada mes de noviembre/diciembre esperamos la decisión sobre de la concesión de la subvención. Hasta estas fechas no conocemos ni sabemos si podemos seguir con las actividades que desarrollamos habitualmente ni sí podremos pagar los salarios. Vivir de subvenciones es un sinvivir. El mundo de la empresa está ausente a la hora de ayudar a las entidades de mayores. Se vive de limosnas, si las comparamos con las asignaciones anuales que reciben los partidos políticos y sus fundaciones, sindicatos o las fundaciones de las grandes empresas que presumen de RSC.
2.- Otro reto importante que tener presente, el disponer de un equipo fijo de verdaderos profesionales, bien pagados y con los conocimientos de la realidad de los mayores, y de todo su entramado institucional y empresarial que le acompaña. Basta ya de acciones voluntariosas de los miembros de las juntas directivas. Paso el tiempo de los aficionados que saben de todo. Es preciso tener y consolidad a estos profesionales.
3.- Por último, y en esta ocasión para no alargarnos, el tener en propiedad unos locales e instalaciones dignas, que permita trabajar y reunirnos para desarrollar las actividades. ¿Para colmo, te dan más puntos en la subvención si tienes las instalaciones alquiladas?
¿Son buenos tiempos para las asociaciones de mayores? No lo tenemos nada fácil. ¿Seguiremos igual? El tiempo lo dirá.