"Los castigos en las residencias de mayores: hoy, te quedas sin comer"
Beatriz CanoLunes 22 de junio de 2020
3 minutos
Lunes 22 de junio de 2020
3 minutos
Como ya os conté, seguimos padeciendo un confinamiento selectivo demencial en mi residencia. Algo, que se ve, por ejemplo, en la disposición arbitraria de los residentes en el comedor.
Así, el otro día al bajar, se me indicó de nuevo que tenía que sentarme en "mi nuevo sitio" (tenemos mesas separadas pero quieren que todos miremos a la puerta). Yo les comenté que no me apetecía discutir -llevamos con lo mismo semanas- y que sólo quería saber si me iban a dar de cenar o no. Una pregunta, que no fue respondida.
Tras recibir el silencio como contestación, fui en busca de la doctora, para hacerle saber lo ocurrido. Después de exponerle los hechos, me acompañó al comedor y, cuando pensaba que me iba a lanzar un capote, hizo lo contrario y me indicó con el dedo dónde debía sentarme.
Por su puesto, le dije que no de nuevo. Ella me lo repitió y yo volví a negarme. Después, llegó una de las responsables y me comentó: “No puedo. Tengo obedecer y acatar las órdenes del equipo ya que, de no hacerlo, mañana me encuentro con una sanción por parte de la gestión".
Como ya os comenté, lo del comedor es algo que hago por principios, porque ellos no actúan por seguridad, nos disponen así, de manera arbitraria. Basta sólo ver la falta de personal, de equipos de protección, la desidia de algunos empleados y la cantidad de decesos de mi centro para entender que la disposición de las mesas es simple postureo.
Cada día nos infantilizan más. Por ejemplo, cuando pisamos una zona común "sin permiso", nos cae una reprimenda y tenemos que sufrir gritos y acoso por parte del personal.
Es más, el otro día casi llegan a las manos. Un empleado echó la bronca a un residente por estar fuera de su habitación. Pero el compañero no se dejó amilanar y se levantó de su sitio. Algo, que provocó que el trabajador reculase. Finalmente, no llegaron a las manos de milagro. La cosa está tensa...
Ciertamente, la cosa está tensa. He llegado a vivir casos tan surrealistas como ver que a algún compañero, que no se encontraba en condiciones para moverse, le han llegado obligado a bajar al comedor. "Si no baja, se queda sin comer". Menos mal que una auxiliar se apiadó y buscó un modo de poder llevarle alimentos, puesto que sólo tenía una naranja para todo el día.
Pero nada, le volvieron a repetir lo mismo: "El residente no baja porque no le da la gana".