Sana envidia, pena y un cierto cabreo me ha dado la inauguración de la nueva temporada 2019-2020 del Teatro Real de Madrid con la representación de Don Carlo, la ópera de Giuseppe Verdi. Acto ¡social o cultural! con la asistencia de personajes habituales del papel couche, tales como Isabel Preysler y su novio Mario Vargas Llosa, Carmen Lomana, Sofía Palazuelo, políticos locales, Isabel Díaz Ayuso, presidenta Comunidad de Madrid, el alcalde de Madrid José Luis Rodríguez Almeida y los Reyes.
Cualquiera se mete con la ópera, sin caer en populismo o ser mezquino, que da prestigio cultural internacional, eso sí, con fuertes subvenciones públicas de Ministerio de Cultura, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, así como el patrocinio/mecenazgo de importantes empresas (ver con detalle su página web www.teatro-real.com). Da gusto la cultura elitista o de alto nivel -a pesar de los esfuerzos de acercarla a la gente corriente, en mi entorno de personas mayores no conozco a nadie que asista o que haya asistido como espectador a una representación de ópera que tiene numerosas facilidades, prestigio, apoyos económicos y buenas instalaciones.
Sin caer en demagogia, el Teatro Real, con su temporada de ópera y oropeles de inauguración, contrasta con la otra cultura, la que hacen diariamente los centros o aulas culturales senior en diversas ciudades y pueblos de nuestra geografía. Numerosas de estas entidades, en aulas/salones prestadas -llevan años solicitando a sus ayuntamientos locales de reunión- en parroquias, bibliotecas o colegios, organizan anualmente un amplio programa cultural y formativo para mayores de 55 años. Arte, filosofía, idiomas, psicología, literatura, ciencia, historia, cine, teatro, música, deporte, etc. con una participación activa en conferencias, seminarios, debates, coloquios, talleres, visitas a museos y exposiciones, llenan el día con estos programas de la mano de expertos profesores y especialistas en las materias.
Entidades que hacen milagros económicos para subsistir -recientemente un aula de mayores de Madrid me ha comentado que este año recibe 1.500€ de subvención del ayuntamiento- cumpliendo 37 años de existencia. Qué poco importa la verdadera cultura y qué poco se ocupan de ella las instituciones políticas y las empresas. La cultura mayor y para mayores no interesa.
Ahora que comienzan las actividades en las aulas culturales senior, invitaremos a su inauguración a la gente guapa de nuestro país y a nuestros representantes políticos para que comprueben la realidad cultural de nuestros mayores. Nos pondremos nuestras mejores galas. Quedan ustedes invitados.
Yo prefiero un Aula Cultural Senior.
Blas Esteban Barranco. Presidente de CEATE y miembro del Comité Asesor de 65Ymás