Jueves 29 de agosto de 2019
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La Seguridad Social, más endeudada que nunca: debe 48.693 millones de euros
Los pensionistas pagan a Hacienda 13.400 millones al año vía IRPF
Pensiones: Los 24.000 nuevos jubilados en abril cobran 158 euros más al mes que la media
El debate en torno al sostenimiento del modelo público de pensiones parece enredarse en un nudo gordiano que urge desenmarañar. Si el próximo 23 de septiembre no se hubiera sellado ningún acuerdo para formar Gobierno, las Cortes volverán a disolverse y se convocarán nuevas elecciones, en cuya campaña, una vez más, la proliferación de ofertas dirigidas a las diferentes clases de pensionistas volverá a copar buena parte del protagonismo electoral.
Al margen de que serán la creación de empleo y la reducción de la precariedad laboral las claves para que verdezcan los números rojos de la Seguridad Social (@info_TGSS), parece claro que el mantenimiento del actual modelo requerirá de ingresos adicionales a través de la fiscalidad. Por ello, reducir el diferencial de presión fiscal con la media de los países de la Unión Europea, entablando una lucha decidida contra el fraude y la elusión fiscal así como dotando al sistema de mayor equidad y suficiencia es más necesario que nunca.
La Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo abrió el debate de que los robots coticen y paguen impuestos para, entre otras finalidades, garantizar las pensiones; aunque las negociaciones terminaron abruptamente sin acuerdos por la disolución de las Cortes.
Debate sobre la fiscalidad de los robots y el pago de las pensiones.
En este contexto se añade que la “invasión” de los robots en las empresas está provocando una destrucción de empleo y aligerará el peso de los salarios en la economía, por lo que la financiación de las pensiones públicas exclusivamente con cotizaciones sociales resultará difícilmente sostenible.
Hacia una financiación mixta
En realidad, teniendo en cuenta el progresivo envejecimiento de la población española, lo que subyace de fondo es el avance hacia una financiación mixta de la Seguridad Social para que su ahora abultado déficit pueda ser sufragado no sólo por las cotizaciones sociales. En cualquier caso, en vez de imponer una tasa que pueda frenar la implantación de la tecnología y el desarrollo de la innovación e investigación en las empresas, resultaría mucho más fácil apostar por una financiación extra de la Seguridad Social derivada de un incremento del Impuesto sobre Sociedades por los mejores resultados que puedan lograr esas mismas empresas al aportar un valor añadido por el uso de los robots.
Es decir, los robots no deberían contribuir a mejorar la recaudación del sistema de pensiones, una tarea que convendría encomendar a las compañías que más beneficios obtengan con esas máquinas.
Más allá de que se pueda razonablemente estimar el impacto en la cuota íntegra del IRPF de los pensionistas en unos 13.396 millones (ver noticia en 65Ymás), los más de 9,5 millones de personas que conforman este colectivo reciben, de media, entre los 11.600 euros y los 14.100 euros anuales. De hecho, la Seguridad Social destinó en el presente mes de agosto la cifra récord de 9.681,5 millones de euros al pago de las pensiones contributivas, un 5% más que en el mismo mes de 2018, según se desprende de los datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social (@empleogob). Una cantidad lo suficientemente abultada como para afrontar el ineludible reto de sostener las pensiones en España, uno de los más importantes pilares de nuestro Estado del Bienestar.
Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)