Dirijo esta carta abierta a la nueva directora del IMSERSO, y en primer lugar, quiero felicitarla por su nombramiento y desearle el mayor de los éxitos, pues eso significará un avance importante en la lucha por los derechos y la dignidad de las personas mayores.
Mi primera reflexión está íntimamente ligada a la necesidad de diálogo, esperemos que por fin tengamos una legislatura donde se imponga la posibilidad/necesidad de hablar, de intercambiar ideas, puntos de vista, y fundamentalmente soluciones que ayuden a resolver los graves problemas que arrastra nuestro colectivo, entre otros: pobreza, desigualdad, dependencia, cuidados, soledad, visibilidad, edadismo, turismo social…
El asociacionismo para la UJP UGT y espero que para Ud. también, es un elemento fundamental para el fortalecimiento de la democracia, es un síntoma de libertad, de avance, impulsa el progreso social y enriquece el diálogo necesario para la existencia de un entendimiento creativo que nos ayude a buscar soluciones reales a problemas ciertos, sin asociacionismo, sin libertad e independencia, perdemos garantías democráticas, perdemos participación y la creación de tejido social necesario para reivindicar y buscar acuerdos necesarios para avanzar en políticas de progreso y dignificación de nuestro colectivo. Esta es sin duda una de las primeras decisiones que deben tomar desde la Institución, reconstruir el diálogo y retirar todos los obstáculos que impiden su desarrollo: políticos, sociales, legales y financieros.
El turismo social es un elemento fundamental en las políticas del Instituto, desde hace décadas, favorece la creación de empleo, genera riqueza y permite el descanso, la relación social e impulsa el conocimiento de las personas mayores, hoy una vez más nos vemos en la obligación de volver a repensar el servicio, sus formas de licitación, sus contenidos, sus servicios, en definitiva, la oferta que ofrece hoy tiene carencias importantes que la hacen perder buena parte de sus atractivos.
Hoy ya sabemos, por los avances tecnológicos, nutricionales, médicos, de condiciones de trabajo… que seremos longevos, el problema es en qué situación llegamos o llegaremos y como vivimos o viviremos nuestra longevidad, vivir en la pobreza, no es vivir, es sufrir, es malvivir y seguramente para eso no queremos ni creemos, como necesaria, una larga vida. La pobreza y la desigualdad social hacen necesario, urgente, la creación de un plan que haga avanzar a las pensiones no contributivas por encima del umbral de pobreza, ¿cómo se puede vivir con una pensión mensual de menos de 500€? Es urgente el diseño de un plan, de acciones, que dignifiquen a los pensionistas.
La dependencia, los cuidados, la soledad, la salud mental o simplemente la salud sin más, son otros elementos que nos preocupa, debemos reconocer el esfuerzo presupuestario realizado durante los últimos años, pero este debe servir para acabar de una vez por todas con las listas de espera, terminar con el “limbo de la dependencia”, también aquí debemos decir eso de “nadie se puede quedar atrás”. La dependencia es un derecho, que debe llegar a todos y cada uno de los ciudadanos que realmente lo necesite y requiera de sus servicios. La Estrategia Nacional contra la Soledad no Deseada, debe de ser impulsada de manera definitiva desde ese Instituto.
Son muchas las cuestiones que se nos quedan en el tintero en esta primera reflexión y que nos gustaría tratar en próximas conversaciones con la nueva directora, el desarrollo de una Ley en Defensa de los Mayores, dotar de mayor importancia al Consejo Estatal de personas mayores, programas de lucha contra el edadismo y de relación intergeneracional, el empleo y las personas mayores…
En definitiva, esperamos una legislatura presidida por el diálogo, por el apoyo al asociacionismo, por la visibilidad de la agenda política de los mayores, por tener voz y que se escuche, por la generación de ideas que resuelvan nuestros problemas, por el avance y no por la cerrazón y la imposición.
Salud y Suerte.