Una amnistía para todos los pensionistas penalizados

Hay que ver el mundo cuánto ha cambiado. Uno recuerda aún los pocos años que anduve en la escuela, apenas 5 años, pero bien aprovechados. D. Fernando Mengual, mi maestro, al igual que los otros maestros del Cervantes, nos daban todas las materias, desde religión hasta matemáticas. No teníamos instituto y la universidad era para la clase más pudiente.

Muchos empezamos a trabajar muy jóvenes, quizás demasiado, pero había que colaborar con los gastos de la casa y, aunque un grano no hace granero, siempre ayuda a la familia,

Con aquellos pocos estudios y un poco de voluntad, unos continuaron con el negocio de los padres otros crearon nuevas empresas, algunos se dedicaron a la agricultura... Todo aquel esfuerzo fue rentable y provechoso para todos, pues elevamos el nivel económico de la familia, el de las empresas del pueblo y del Estado. Gracias a nosotros se construyeron hospitales carreteras y el Estado del bienestar del que disfrutamos hoy.

Perdimos nuestra juventud. Nuestra vida ha sido solo trabajo y, cansado del esfuerzo, uno se retira a los 63 años, con 45 años cotizados, y se le penaliza en la pensión de por vida. Exijo, por justicia y derecho, una amnistía para todos aquellos que hemos sido penalizados.

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