Campeonatos para no competir

Mi nieta juega el campeonato escolar de baloncesto. Su equipo es mixto y cuando se enfrentan a chicos, se evidencia el desequilibrio de fuerzas. Además, está reglamentado que durante el partido todos jueguen un tiempo mínimo, con lo cual no se hace un equipo para competir, sino para jugar un rato. Así, la cultura del esfuerzo colectivo, el entrenarse para mejorar y el premio al ganador, desaparecen, provocando falta de interés, desmotivación y aburrimiento, especialmente en quienes podrían destacar. Para mayor desapego, el árbitro tiene prohibido informar del resultado del partido en el transcurso del mismo.

Mal vamos con las ideas igualitarias que nos imponen y que también observamos al dejar pasar de curso sin aprobar y al pretender que en los recreos todos los alumnos jueguen a lo mismo, como pretende la Generalitat, eliminando el fútbol de los patios.

Sobre el autor: Josep Pagès Martí (Barcelona 1945). Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y miembro del Instituto de Analistas Financieros de España. Presidente de Prisma Asset Management, sociedad especializada en la gestión de fondos de inversión, fondos de pensiones y SICAV en Luxemburg.