Cierto olor a podrido con las pensiones

En primer lugar, agradecer al Sr. Fernando Marín por sus "cartas al director".

Decirle que comparto las opiniones, reflexiones, deseos y temores que en ellas transmite, porque en ellos me siento identificado.

Quisiera tener su facilidad de palabra para decirle a todas las personas que se encuentren en una posición similar que no son "un caso raro", y que como yo, ante esta situación se puedan sentir decepcionados con uno mismo por no haber sabido gestionarla de otra forma.

Reconocerle al Sr. Escrivá que el juego sucio que durante estos dos últimos años ha mantenido con los trabajadores con largas carreras de cotización entre los que me encuentro y que no han tenido precisamente sus mejores años de cotización hacia el final de sus carreras, ha funcionado. Felicidades.

No tiene menos mérito la postura de los agentes sociales y la de algunos más, que lo único que han hecho ha sido mirar para otro lado e ignorar a los más desfavorecidos.

Tengo 64 años de edad, más de 48 años cotizados y mis últimos 10 a años a razón del salario mínimo, sin duda, los peores de toda mi vida laboral.

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