Miércoles 2 de agosto de 2023
2 minutos
El otro día, hablaba con un conocido sobre el calor. Más agobiante últimamente. Él me decía lo siguiente: “Cuando yo era joven, también teníamos días de calor, como ahora”. Y también añadía: “Ahora casi siempre estamos con el aire acondicionado, en el coche, en la oficina, en la casa y en el bar. Y somos unos flojos. ¡Antes eramos menos finos!".
Las palabras de esta persona me hicieron reflexionar, porque no las pronunció exactamente desde la ignorancia. Lo hizo, desde el descaro, desde la broma.
Yo después, he consultado libros, buscado en Google, y preguntado a expertos conocidos. Y he analizado lo encontrado. De momento me quedo con tres ideas.
1. Mucha gente acepta que si la temperatura sigue subiendo, mal lo tendrán los nietos de nuestros nietos. Pero, bueno, eso es futuro lejano.
2. Cuesta luchar contra el cambio climático desde la ideología neoliberal. Esa ideología que potencia el individualismo y la búsqueda individual del máximo bienestar, y del máximo beneficio.
3. Puede pasarnos a los ecologistas, anunciando un colapso que no llega, lo que le pasó a un vecino mío con sus hijos, a los que les advertía insistentemente y exagerando de los peligros de la calle.
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