Ante el cuarto aniversario de 'Los lunes al sol' de los pensionistas
Jueves 20 de enero de 2022
6 minutos
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Las leyes de reforma de las pensiones, que encubrían unos recortes del 35%, de los Gobiernos del PSOE y del PP en 2011 y en 2013, hicieron que mareas, yayoflautas y plataformas ciudadanas pioneras comenzasen a plantar cara y a movilizarse y que, la mayoría de ellas, en 2016, se organizasen en una coordinadora estatal en defensa del sistema público de pensiones, la COESPE.
Hace 4 años, a principios de 2018, una ola de indignación recorrió la sociedad en todo el Estado. La reiterada e insultante revalorización de las pensiones con un 0,25%, lo cual era una congelación encubierta, nos lo comunicaban con lujosas cartas. Si, por un lado, el Fondo de Reserva, la hucha de las pensiones, con 61.000 millones de euros había prácticamente desaparecido, por otro lado, el Gobierno rescataba a bancos y cajas de ahorro con más de 64.000 millones de euros. Al mismo tiempo, numerosos casos de corrupción que afectaban al partido del Gobierno de M. Rajoy, salían a la luz, día tras día.
Estos hechos fueron el cóctel explosivo que hicieron que cientos de miles de personas saliéramos a la calle en enero y febrero de 2018 y que, al final, ese Gobierno cayese un año y medio después. Pero ese no fue nuestro principal logro. Lo más importante fue que, durante este período de tiempo de 4 años de movilizaciones y de campañas para divulgar nuestro mensaje, hicimos un camino en el que aprendimos mucho, estudiamos, leímos, nos organizamos, nos informamos y preparamos y, ahora, los gobiernos, del color que sea, no pueden tomar decisiones alegremente sobre el Sistema Público de Pensiones, como lo hicieron en su día, con las leyes de 2011 y 2013, creyendo que 9 millones de pensionistas somos ignorantes, con poca inteligencia o cobardes.
Conseguimos echar abajo la reforma del PP de 2013, la del 0,25 y del factor de sostenibilidad, aquél que empobrecía las pensiones por culpa de una mayor esperanza de vida. Derribamos el mito y la falacia de que las pensiones arruinarían al Estado y que, partidos, sindicatos y gobiernos,reconociesen que el Sistema Público actual es sostenible, que siempre lo fue, porque han admitido que se imputaron gastos impropios durante años a la Seguridad Social. También logramos, por fin, que el Gobierno acepte, aunque sea tímidamente, que las políticas de recortes no son la solución, que la solución es aumentar los ingresos a las arcas del Estado para conseguir una financiación adecuada, sin endeudarnos. Por eso exigimos una reforma fiscal, que controle la corrupción y el fraude, que de verdad paguen más quienes más tienen.
Tampoco somos triunfalistas. Sigue pendiente derogar la Ley de Reforma de las Pensiones de 2011 que supone un 20% de recortes y que contó con la aprobación de los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO. Sabemos que las grandes corporaciones financieras, nacionales e internacionales, presionan a Bruselas y a nuestro Gobierno con la amenaza de no entregar a España las subvenciones del Plan de Recuperación por la pandemia, para que el Sistema Público de Pensiones entre en una dinámica de privatización, cómo se está haciendo con la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales. Unas privatizaciones que benefician a empresarios y a fondos de capital especulativos y que causa más pobreza y desigualdad entre la ciudadanía porque sólo tienen acceso a servicios públicos de calidad quienes tienen más dinero. Un proceso que avanza porque el Gobierno de coalición PSOE-UP ha decidido potenciar las pensiones privadas que debilitarán, aunque lo nieguen, en pocos años la Seguridad Social y las pensiones públicas, de nuevo apoyado con el silencio de los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO en el Estado y a ELA y LAB en Euskadi, donde el Gobierno Vasco ha conseguido implantar los planes privados de pensiones de empresa, las Entidades de Previsión Social Voluntaria, EPSV, en la administración pública y grandes empresas. Esta actitud sindical choca con nuestro movimiento pensionista y ha provocado escisiones y desencuentros que nos debilitan.
Por todo esto, en conmemoración de estos 4 años de lucha, en recuerdo de compañeras y compañeros que hoy no están con nosotros y nosotras, hacemos un llamamiento a más unión y más coordinación de todas las organizaciones en defensa de las Pensiones Públicas dignas para todas las personas, y a recordar, que esta nuestra lucha tiene como prioridades:
1. PENSIONES MÍNIMAS IGUAL A SALARIO MÍNIMO. Todas las pensiones públicas, de la naturaleza que sean, contributivas y no contributivas, de viudedad, del SOVI, etc., han de garantizar una vida digna a las personas pensionistas, por medio de unos ingresos mínimos igual al Salario Mínimo Interprofesional y éste igual al 60% del Salario Medio.
2. NO AL PROCESO DE PRIVATIZACIÓN DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES. Por lo tanto rechazamos el Anteproyecto de Ley aprobado por el Gobierno para impulsar los Planes Privados de Pensiones de Empresa a través de los convenios colectivos, su desgravación fiscal y la creación de fondos públicos de gestión privada para autónomos y Pymes. También rechazamos, por el mismo motivo, la próxima creación de la Agencia Estatal de la Seguridad Social, que facilitará la privatización.
3. Otras reivindicaciones son las del derecho de JUBILACIÓN ANTICIPADA CON 40 AÑOS COTIZADOS; el MANTENIMIENTO DEL PODER ADQUISITIVO de acuerdo al Índice de Precios al Consumo que tenga más en cuenta el coste de la cesta de la compra, de los bienes y servicios de primera necesidad; y, a medio y largo plazo, LA DEROGACIÓN DE LA LEY DE REFORMA DE LAS PENSIONES DE 2011 y la GARANTÍA Y BLINDAJE DE UNAS PENSIONES DIGNAS EN LA CONSTITUCIÓN recogida en una futura reforma como un Derecho Fundamental.
En estos tiempos de pandemia se ha podido demostrar que sólo las políticas que defienden y potencian los servicios públicos esenciales del Estado del Bienestar, son las que de verdad repercuten en mejorar con eficacia, el nivel de vida de toda la ciudadanía, y no, los recortes y la privatización consiguiente que sólo obedece a la rentabilidad y al beneficio económico.
Por estas razones nuestro movimiento por las pensiones públicas sigue vivo. Repetimos y gritamos, que nos oigan bien, nuestras consignas más queridas:
¡¡NI UN PASO ATRÁS!!
¡¡RESISTIR, PERSISTIR, INSISTIR. NUNCA DESISTIR!!
¡¡GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, LAS PENSIONES PÚBLICAS SE DEFIENDEN!!
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