Los criptopelotazos

En las Bolsas de valores se compran  y venden acciones de empresas, es decir, ofrecen la posibilidad de invertir y participar en negocios reales. El precio o cotización al que se efectúan las transacciones está en función de la oferta y la demanda, que, a su vez, se conforma teniendo en cuenta, entre otros, el valor presente de la empresa, sus expectativas de futuro y factores de tipo emocional que influyen en el comportamiento de los inversores. Todo ello se negocia y  materializa en un mercado organizado y controlado que garantiza el buen fin de las operaciones.

En el mercado de las criptomonedas y del criptoarte la situación es muy diferente.No existe un producto real que lo sustente, todo es virtual. El precio se forma básicamente por impulsos que mueven la demanda y, mientras esta superan a la oferta, las criptomonedas y las obras de arte digitales, criptoarte, subirán. No existe un mercado oficial y controlado que garantice las operaciones. 

Se trata pues de una inversión piramidal que necesita constantemente de nuevos jugadores que compren para elevar los precios y dar liquidez a los que quieren vender. Y para atraerlos se magnifican los criptopelotazos que algunos han conseguido y los Ferrari que lucen, dando a entender que todo es fácil y que te lo estás perdiendo. Poco se explica del tremendo riesgo que se asume.

Se está fomentando la idea del pelotazo virtual, frente a la cultura del esfuerzo personal y, así, mal vamos.

Josep Pagès Martí (Barcelona 1945). Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y miembro del Instituto de Analistas Financieros de España. Presidente de Prisma Asset Management, sociedad especializada en la gestión de fondos de inversión, fondos de pensiones y SICAV en Luxemburgo.

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