¿De dónde vienen los niños?

Llevo varios años preguntándome cuántos niños españoles nacerán en los próximos diez años. La respuesta presenta muchísimas dudas.

Todos sabemos que la población adulta está de enhorabuena por la esperanza de vida, ya que el envejecimiento tiene una altísima tasa demográfica y yo personalmente lo achaco a los últimos diez años de la medicina. Para mí, es un éxito que en nuestro país la esperanza de vida hoy esté situada en 83 años. Según un estudio de la Universidad de Washington, España se convertirá en el país con mayor esperanza de vida del mundo en 2040 y, todo esto, en parte se debe a nuestra dieta mediterránea, nuestro estilo de vida y sobre todo a la excelente calidad de los servicios de salud.

Pero la otra cara de la moneda es terriblemente catastrófica y está creando un mal éxito de la sociedad española. Viene generado por dos razones fundamentales: la baja tasa de natalidad y las consecuencias derivadas de la pandemia del Covid. 

¿Se ha convertido España en un país donde es mejor no tener hijos? Según un informe de la Fundación BBVA, el índice de natalidad en España es decreciente y menor que en el resto de los países de la Unión Europea. En este documento del Ivie y BBVA indican que la situación actual de la natalidad en España presenta el segundo nivel más bajo, solo por detrás de Malta. Asimismo, describe que en 1975 la mujer Española tenía una media de 2,8 hijos, en 2017 la media fue de 1,3 hijos y en 2020 la media sigue bajando a los 1,2, A la vez, la edad media de las madres sigue subiendo a los 32,2 años.

Según dicho informe, para garantizar la estabilidad de la población en España, el reemplazo generacional debería tener un nivel de 2,1 hijos por mujer. Sin embargo, Francia está teniendo una de las tasas de natalidad más altas de UE, con una media de 1,92 nacimientos por mujer, según cifras del Banco Mundial. De momento, lo único que resume esta drástica caída de nacimientos en España es la desconfianza que la mayoría de los jóvenes tienen sobre su futuro laboral y familiar y, sobre todo, por los últimos acontecimientos políticos. Esto es sencillo de entender, porque el país que sabe equilibrar la natalidad, crea amplias políticas sociales con importantes prestaciones y generosas subvenciones para las familias, especialmente para las numerosas.

El segundo punto. Las malas consecuencias derivadas del Covid nos manifestaran unos resultados negativos para los mayores, que se quedan sin nietos y nos llevaremos las manos a la cabeza cuando veamos cómo baja el índice de vida por las muertes (reales) originadas por la pandemia. También por la falta de atención y prevención de otras enfermedades o patologías crónicas actuales que veremos en los próximos años, por no poner todo el foco en la pandemia. Con lo cual tendremos muchas más defunciones que nacimientos y no habrá equilibrio en este país y nos seguiremos preguntando: ¿de dónde vienen los niños? No vendrán con la cigüeña, ni de los mayores, ni de los pocos jóvenes que queden. Posiblemente, muchos vendrán de África.

Miguel Cerezo Floro

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