¿El trato que damos a los mayores es el que nos gustaría recibir en unos años?

 

Han pasado treinta y cuatro años desde que la ONU designara el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas Mayores y, sin negar los muchos esfuerzos y algún avance, aún persiste una consideración social hacia la vejez y hacia este grupo social marcada por el rechazo, por demasiados prejuicios y por una imagen negativa, patologizante y estereotipada.

Los días internacionales suponen una oportunidad de sensibilizar os acerca de un tema de especial interés, llamar la atención de los gobiernos para que pongan en marcha medidas de política social que den respuesta a determinados problemas, así como para impulsar una mayor conciencia por parte de los medios de comunicación y de la población en general.

Desde la Plataforma Residencias Dignas invitamos a los responsables políticos e institucionales, al público y a los medios de comunicación a celebrar este Día Mundial con una reflexión profunda sobre si nuestra consideración social y el trato que damos a las personas mayores, es el mismo que nos gustaría tener a la vuelta de unos años.

Los integrantes de esta Plataforma ciudadana somos especialmente sensibles a las condiciones de vida en los centros sociosanitarios y al trato que reciben los residentes, pero en este día queremos destacar algunos datos que reflejan el revolucionario logro científico, sanitario, económico y social que ha derivado en el actual envejecimiento demográfico: 20% (INE 2022) y en una mayor esperanza de vida: casi 86 años las mujeres y algo más de 80 los hombre (INE 2021).

También queremos evidenciar que sólo el 20% de las personas mayores está en situación de dependencia y requiere cuidados y recursos sociosanitarios específicos. El 80% restante son personas independientes para realizar las actividades de la vida diaria y autónomas para tomar sus propias decisiones. Son una mayoría de personas mayores activas que contribuyen social, económica y culturalmente con mucho más de lo que reciben.

De entrada, conviene destacar el papel decisivo como ciudadanos comprometidos y participantes en el tejido asociativo y comunitario o en la defensa general de derechos por una sociedad mejor. En la reclamación de mejores pensiones para todos y la exigencia de residencias dignas, cuyo modelo de gestión se centre en la persona y en un trato más humano. Por supuesto, también en la promoción de una imagen más positiva de la vejez.

Las personas mayores tienen un relevante papel en la sociedad, no sólo por su legado científico, artístico, profesional y por su rol de cohesión familiar, sino también desde un punto de vista económico, ya que muchos siguen siendo empresarios de sus propios negocios, cultivando la tierra o atendiendo al ganado; también ejerciendo el voluntariado en pro de diversas causas sociales. Una inmensa mayoría practica lo que se conoce como solidaridad intergeneracional, al compartir parte de la pensión y la vivienda, frente a la precarizacion salarial y las separaciones matrimoniales.

Desde la perspectiva de los cuidados, suponen un claro apoyo familiar: cuidan a nietos, a hijos o hermanos con discapacidad o enfermedad mental y a sus padres ya mayores en situación de dependencia.

Contribuyen a través del ahorro, de la inversión, del consumo y del pago de impuestos a la actividad económica y al sostenimiento de los servicios públicos (sistemas sanitario, educativo, etc.).

Envejecer supone un reto personal y social no exento de dificultades, pero que puede convertirse en un interesante proceso que aporte significado a la vida y que suponga una fuente valiosa de experiencia y conocimiento científico, artístico, político y filosófico para la Humanidad.

Aprovechamos la ocasión para sugerir y pedir a los poderes económicos y políticos el desarrollo de acciones que mejoren las condiciones de vida de los más mayores: reducir la brecha digital; domotizar los hogares; garantizar la accesibilidad de ciudades y viviendas; aumentar el número de centros socioculturales que sirvan, no sólo para disfrutar del ocio y tiempo libre, sino como oportunidad para que los mayores transmitan –de forma voluntaria– sus conocimientos, habilidades y experiencia a la comunidad. Apoyar las viviendas colaborativas intergeneracionales que favorezcan la autogestión y eviten la soledad. Posibilitar, para quien lo desee, envejecer en casa, con la atención de servicios sociales suficientes y de calidad. Promover alternativas a las actuales residencias, como "Villa Alzheimer" ( véase el ejemplo de Hogeweyk en Holanda y sus réplicas en Francia o Canadá) ¿Cuándo lo veremos en nuestro país?

Ya se sabe que pedir no cuesta nada, pero sin actos de reivindicación previa y sin la gente que ha luchado para conseguirlos, hoy no disfrutaríamos de los derechos, la libertad o los sistemas de protección social que tenemos (con todos sus defectos e insuficiencias).

Asunción Cívicos Juárez es portavoz de Plataforma Residencias Dignas.

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