Miércoles 1 de enero de 2025
2 minutos
Cuentan que la rivalidad entre los equipos de fútbol de dos pueblos vecinos llegó a preocupar a la máxima autoridad del país. Uno de ellos protestaba todas las decisiones del árbitro, provocaba al equipo contrario, entraba duro, incitaba al público a increpar a los contrincantes y a sus seguidores y ,constantemente, estaba quejándose ante los directivos de la federación. El otro equipo, el del pueblo vecino, aguantaba estoicamente todo lo que le hacían y se dedicaba a jugar al fútbol, sin más protestas que las normales en un partido.
La tensión llegó a tal extremo que se dieron instrucciones para que al equipo incómodo se le pitarán penaltis a favor, le concedieran goles que no eran y que las sanciones que había recibido le fueran condonadas. Entre tanto, el otro contemplaba atónito la injusticia e ignominia a que se le sometía, teniendo además que escuchar que gracias al buen hacer y habilidad del máximo mandatario se había conseguido la “pacificación” entre los equipos y sus pueblos.
Me pregunto: si esto se diera en un escenario real, ¿estaríamos ante un falso oasis?
Si eres lector o lectora de 65YMÁS y quieres denunciar cualquier situación de la que hayas sido testigo, dar tu opinión sobre cualquier tema de actualidad o sobre cualquier circunstancia que te afecte, puedes enviarnos una carta a nuestro diario. Es muy sencillo. Sólo tienes que entrar en CARTAS A LA DIRECTORA o rellenar este formulario: