El final de la reforma de las pensiones no funciona para las actuales realidades profesionales
Martes 10 de enero de 2023
7 minutos
Martes 10 de enero de 2023
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Pronto se cumplirán dos años de las declaraciones del Sr. Escrivá en la Cadena SER de Cataluña en relación a la posible ampliación del periodo de cálculo de las pensiones en las que insistió en que el Pacto de Toledo pide aumentar la contributividad y al mismo tiempo dar soluciones a las nuevas realidades del mercado laboral.
En estas declaraciones, el Sr. Escrivá recalcó que en este nuevo entorno laboral aproximadamente un 30% de los trabajadores no presentan sus mejores años de cotización en el tramo final de su carrera laboral, por lo que el sistema actual "no funciona" para ellos. Como solución a esta realidad planteó la posibilidad de ampliar el periodo de cálculo y combinar esta medida con la cobertura de lagunas de cotización o con la elección de los mejores años de cotización a la hora de calcular la pensión.
Según declaraciones recientes publicadas en 65YMÁS, el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, ha afirmado que la intención del Gobierno es cumplir con la reforma de las pensiones "en los términos acordados" con Bruselas, por lo que ha descartado retirar su propuesta para la ampliación del periodo de cálculo de las mismas.
La propuesta planteada por el ministro de Inclusión y Seguridad Social a los agentes sociales consiste en una ampliación del periodo de cálculo de la pensión, de 25 a 30 años, que se realizaría entre 2027 y 2038 a razón de 5 meses por año y con la posibilidad de descartar los dos peores, con lo cual no quedan incluidas en esta medida todas las personas que ahora tienen cerca de 60 años y no precisamente porque no hayan tenido que pasar a lo largo de su vida profesional por todas las crisis conocidas desde las duras reconversiones de principios de los 80, pasando por la crisis financiera de las dos décadas pasadas, la crisis sanitaria que aun persiste y la crisis bélica de la guerra de Ucrania que comenzó el año pasado y que ojalá terminé mañana.
Esta propuesta, creo que bastante firme, no incluye a las personas que están ahora en el tramo final de su carrera laboral con sus peores cotizaciones porque ya se habrán jubilado cuando la medida comience a tener algo de efecto. Si la intención del Sr. Escrivá con esta medida era adecuar el periodo de cómputo a las nuevas realidades que ahora están en el tramo final de su vida laboral está claro que algo “no funciona” porque solo afectará de lleno a las personas que ahora tienen menos de 50 años.
No tengo ninguna duda de que el 30% de trabajadores y trabajadoras al que desde hace dos años el Sr. Escrivá se ha referido con tecnicismos como “nuevas realidades laborales”, o como “actuales realidades profesionales”, es el mismo colectivo de personas que aparecen en el componente 30.R2-C del Plan de Recuperación como “realidad actual de las carreras profesionales” (el componente 30.R2-C del Plan de Recuperación enviado a Bruselas incluye lo siguiente: “Se plantea adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación…”). Quiero decir con esto que difícilmente se puede cumplir con la reforma de las pensiones "en los términos acordados" con Bruselas si finalmente el 30% de trabajadores y trabajadoras que no presentan sus mejores años de cotización en el tramo final de su carrera laboral no pueden beneficiarse de la medida que se apruebe.
El hecho de que se haya empleado un lenguaje tan técnico para referirse a las carreras profesionales actuales que han sufrido despidos, tropiezos o han tenido que empezar de cero por diferentes motivos puede volverse en contra de ellas porque los tecnicismos tienen el significado que sus creadores quieren que tengan o se puede cambiar por otro con solo sustituir una palabra por otra parecida pero con una definición más ambigua (a los tecnicismos ya mencionados se pueden añadir otros que se han empleado como “realidades profesionales actuales más volátiles” o “carreras profesionales no linealmente ascendentes”).
Todo parece indicar que con la propuesta presentada por el Gobierno desaparecen las esperanzas que habían puesto en esta reforma las personas que ahora están en el tramo final de su vida laboral en su peor momento porque ahora resulta que los tecnicismos empleados se referían a carreras emergentes que no están en el último tramo de su vida laboral y que aún no se sabe cómo les irá, pero que algún día lo estarán y probablemente acaben en una situación similar a la de las actuales realidades laborales.
Como ya dije en mi anterior carta, uno de mis deseos para este año que comienza es que nuestros negociadores sigan adelante con la reforma de las pensiones y que no excluyan al 30% de personas con carreras irregulares que ahora están cerca de su jubilación y que han sido el referente del Sr. Escrivá para cumplir con el componente 30.R2-C del Plan de Recuperación.
Estoy seguro de que ningún sindicato ni partido político tendría que oponerse a que todas las personas que tengan que jubilarse antes de que la adecuación este completada en el 2038 puedan calcular su pensión con sus últimos 30 años cotizados, descartando los dos peores, si esta ley les beneficia (o con los últimos 35 para aquellas personas que perdieron su mejor trabajo a los 40 años de edad y así puedan incluir las cotizaciones que tuvieron los años anteriores). Con esta solución, tan sencilla y evidente, no solo se cumpliría la condición que los sindicatos han puesto de no recortar a nadie su pensión, sino que además se verían beneficiadas las personas mas desfavorecidas a las que, de no hacerse nada por evitarlo, sí que se les recortará de verdad (incluir directamente los mejores años de vida laboral en el cómputo sería la solución inmediata más justa, tal como recomienda el Pacto de Toledo, pero que le vamos a hacer si nadie quiere hablar de este tema).
Tampoco creo que esta solución supondría un gasto excesivo comparado con lo que llevamos de reforma porque según los sindicatos las personas con carreras irregulares son un colectivo insignificante comparado con la abrumadora mayoría de personas que según ellos culminan su vida laboral en España con carreras lineales ascendentes.
También es necesario que las negociaciones sigan adelante sin pausas porque nuestros negociadores tienen que hacerse cargo que la medida que se apruebe ha de ser para cortar cuanto antes el goteo continuo de personas que desde hace años se jubilan con carreras irregulares sin haber tenido la oportunidad de incluir en el cálculo de su pensión sus mejores cotizaciones. Estas personas, para colmo de sus males, tendrán que pasar el resto de sus días con una pensión que no reflejará el esfuerzo que hicieron.
Una vez más terminaré con dos ejemplos bien conocidos por mí:
Una persona que ahora tiene cerca de 60 años que perdió su mejor trabajo antes de los 40 años de edad y que luego aceptó peores salarios, o se hizo autónoma cotizando por el mínimo para poder salir adelante, se le calculará su pensión con sus peores años cotizados y no se le tendrá en cuenta los mejores, ya sea con el periodo de cómputo actual o con el que existirá cuando se jubile si se aprueba la ley tal como se ha planteado.
Una mujer, o un hombre, que ahora tiene cerca de 50 años de edad que tuvo que reducir su jornada de trabajo a los 35 años de edad por el cuidado de un menor o un mayor porque estaba sola y no contaba con la ayuda de nadie, se le calculará su pensión con sus peores años cotizados, ya sea con el periodo de cómputo actual o con el que existirá cuando se jubile si se aprueba la ley tal como se ha planteado.
Un saludo a todos los pensionistas actuales y futuros, y gracias a 65YMÁS por ayudar a que todos estemos mejor informados en un asunto tan delicado como es la reforma de las pensiones.
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