La guerra (de momento incruenta) de las pensiones
Martes 28 de julio de 2020
3 minutos
Martes 28 de julio de 2020
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Estamos leyendo, todos los días, pero todos los días, y en todos los sitios posibles, furibundos ataques contra el sistema de pensiones español. Que si no es sostenible, que habrá que recortar las pensiones –no solo ya las futuras, sino las que en la actualidad se están pagando–, que el porcentaje de reposición es muy alto en comparación con los países de nuestro entorno –como si hubiesen comparado, ahora y en el pasado, los sueldos que esos países pagan a sus trabajadores, con los españoles–.... En fin, que han abierto la caja de pandora de las pensiones y las consecuencias de esa apertura son, como los caminos del Señor, inescrutables.
Lo que no hacen esos "inteligentes sabios expertos", ahora y hoy, es pensar en una solución, realmente adecuada y buena para todos: empresas, Estado y trabajadores. Solo se les ocurre lo de siempre,: rebajar, rebajar y rebajar. Y eso ya Einstein, lo decía: "Si quieres soluciones distintas, no hagas siempre lo mismo". No son capaces, porque son muy torpes –así de claro–, de encontrar una solución al problema, aunque ésta está ahí, al alcance de la mano. Y además tiene es muy low cost, muy económica.
La solución está para mí en las pensiones por consumo y como base en la entrega a cada español que nazca de un #ChequePENSIÓN, por ejemplo, de un importe de 6.000 euros, que sería no entregado a los padres del nacido, sino ingresados en un fondo de inversión o de pensiones nacional, que garantizando un tipo de interés compuesto de un 4 o 5%, cuando ese nacido tuviera los 65 años (edad de jubilación actual), podría tener una cantidad acumulada no inferior a 250.000 euros, lo cual le garantizaría una pensión más que digna. Aparte tendría la pensión por cosumo y sus más que posibles aportaciones voluntarias al ahorro.
Esta idea, hecha así a vuela pluma, pero con enorme sentido común, sería la solución definitiva y a coste cero para las pensiones. Pero esto no solo sería bueno para las pensiones y pensionistas, sino también y especialmente para la economía de las empresas, ya que podrían, estos nacidos, hacer que las empresas dejaran de pagar ese 35% de costes sociales, abriendo un camino espectacular para hacer a las empresas más competitivas. Además, al Estado le evitaría el pagar, de momento, 150.000 millones de euros en pensiones al año. ¡Piénsenlo! Y dejen los expertos y sabios de las pensiones y economía de verter incertidumbre y miedo a los pensionistas presentes y futuros por el propio bien de todos.
Paulino González Fernández (Móstoles, Madrid)
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