Jubilación anticipada penalizada: historia de una injusticia

Comencé a trabajar a la que entonces era la edad legal, los 16 años. Era una buena estudiante y seguí siéndolo a pesar de trabajar ocho horas diarias y levantarme a las seis o seis y media de la mañana. Terminé el bachillerato y una carrera universitaria de cinco años. A los 24 años empecé a trabajar en la enseñanza concertada con alumnos adolescentes y así sigo después de 35 años.

Estoy cansada. Llevo cotizados 42 años y medio. Con la legislación actual no podré jubilarme hasta los 63 años con 47 años cotizados y sufriendo una penalización en la pensión que por justicia me corresponde. De otra forma tendría que esperar a los 65 años, con 49 cotizados, momento en que recibiría la pensión sin penalizaciones.

La situación es incomprensiblemente injusta ¿No hay ningún responsable político que tenga en cuenta que para situaciones excepcionales debe haber soluciones excepcionales? ¿En la mayoría de países europeos estas largas carreras laborales no son premiadas en vez de castigadas? Seguiremos esperando una respuesta a estas preguntas. Esperamos conservar la salud cuando las recibamos.

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