Jueves 9 de mayo de 2024
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Tomo como base los últimos datos públicos del INE de 2022. En la provincia de Lugo, 324.000 habitantes. De ellos, 85.000 mayores de 65 años, es decir, el 26,1%. En la actualidad seguro que el porcentaje ha aumentado en varias décimas.
Los núcleos de población son miles porque la sociedad gallega está configurada así a lo largo de los siglos. Mucha dispersión y poca población. Los jóvenes abandonan sus lugares de nacimiento porque han de buscarse el sustento en otros mundos.
Para entender la situación, he de señalar que los principales bancos de España han obtenido en el primer trimestre de 2024 6.676.8 millones de euros de beneficio, un 17,2% más que en el mismo período de hace un año.
Pues esos bancos privados, en los que el Estado obliga a los jubilados a tener una cuenta corriente para cobrar la pensión, son los mismos que cierran oficinas y cajeros en aquellos lugares donde no les interesa, eso sí, sin preocuparles los problemas que crean entre sus clientes mayores, esos que han de recurrir a trasladarse en un autobús o aprovechando el coche de un vecino para ir a hacer una gestión bancaria.
Y esos bancos privados son los mismos que en sus oficinas no atienden con preferencia a las personas mayores. Y eso lo comprobamos cada día.
Y esos bancos privados atienden presencialmente a las personas mayores sin preferencias, poniendo un empleado para dicha tarea. Y a la cola. Con los demás.
Y esos bancos insisten en que esas personas mayores hagan uso de los cajeros automáticos. Y no tienen inconveniente en que el empleado salga con el cliente mayor, una y otra vez, a decirle cómo ha de utilizar el cajero. Siempre tratando de que aprendan a sacar dinero y dejen de dar la lata…
Y esos bancos, en su mayoría, han sacado los cajeros de sus instalaciones, a la calle, de tal forma que si tienes algún percance o te roban no ha sido en el banco, sino en la calle. Y ahí se lavan las manos. No es su problema, es el tuyo, jubilado. Allá te las apañes.
Y en esas estamos. Y así seguimos. Y así nos va. Seguiremos cada uno por su lado hasta que vayamos perdiendo derechos y después vendrán las lamentaciones.
Pues nada, a disfrutar de la prebenda. Ya vendrán tiempos peores.
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