Mayores: dejamos que nos dividan, que decidan por nosotros y encima aplaudimos

Cuando por enésima vez intentas que haya movimientos en cuanto a inquietudes sociales, a pesar de ser insistente y hacer propuestas, ves que hay muchos silencios, que no hay respuestas. Te preguntas si nos hemos hecho muy mayores y hemos perdido las ganas de hacer algo o nos hemos contagiado de una sociedad individualista y egoísta en la que todo pasa por contemplar cada uno su ombligo.

La verdad, no lo sé. Sí, es cierto que pocas puertas abiertas quedan para poder contar tus desvelos, las inquietudes sociales, las penurias de las personas mayores… Pocas opciones de compartir la preocupación de que no se escuche a los mayores, de que haya demasiados silencios y muchas puertas que únicamente se abren para darte una palmada en la espalda y si te he visto no me acuerdo… Escasos momentos para socializar entre mayores, con la pena de no tener opciones para unir experiencias y conocimientos y ponerlos a disposición de una población que nos va empujando al ostracismo. Dicen que sí, que tenemos mucho que aportar, ¡pero es que no nos dejan!

¿Culpa nuestra? Sin ninguna duda. Si nuestras voces hablasen al unísono, las cosas serían diferentes, muy diferentes. Seríamos un sector de la población escuchado, respetado y tendríamos un papel destacado a nivel social. Pero no es así. Dejamos que nos dividan, que decidan por nosotros y encima aplaudimos. Al final, tenemos el fruto de nuestra actitud.

Reproduzco un viejo dicho gallego: Mexan por nós e dicimos que chove (nos orinan –desde arriba– y decimos que llueve).

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