Mutualistas, dolor social y una decisión con nocturnidad y alevosía

Como pensionista-mutualista de 68 años de edad que comenzó su vida laboral en 1972 –a los 16 años–, he de decir que me ha parecido llamativo ver al presidente del Gobierno, con aire tristón, hablar del "dolor social" causado por los adversarios políticos que le volcaron el decreto ómnibus, impidiendo, entre otras cosas, la revalorización de las pensiones y dejando a los pensionistas con la boca abierta, arritmia en el corazón y muy cabreados.

Bueno, ese bache parece superado, pues las aguas han vuelto a su cauce, los pensionistas han cerrado sus bocas, las pulsaciones se han normalizado y los cabreos han remitido.

Pero, ¿y los mutualistas? ¿Qué pasa con el dolor social de los mutualistas? Sí, sí, esos que van a tener que esperar cuatro años para cobrar la totalidad de lo que se les debe, esos que la víspera de Navidad de 2024 se quedaron con la boca abierta, arritmia en el corazón y muy cabreados. Ahí ni el PP ni Junts tuvieron que ver. El Gobierno sí. Nocturnidad, premeditación y alevosía. No le faltó nada al burdo y vulgar dribling con el que, a hurtadillas, se les cambiaba el menú. De cobrar la totalidad al 31-12-24, como ya lo habían hecho muchos, a hacerlo en cuatro cachitos anuales, uno por año. Yo espero llegar a 2029 en buen estado de salud, pero otros no llegarán. El Gobierno debe rectificar.

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