Pensiones: La gran injusticia hacia los mejores contribuyentes que ha tenido jamás España

Somos ese gran colectivo de personas que hemos tenido la fortuna de poder trabajar, la gran mayoría, de forma ininterrumpida 40 años o más. En mi caso más de 45, y los últimos 30 por bases de cotizaciones máximas.

Cuando vas llegando a los 60, las organizaciones piensan que ya no eres una opción de futuro y que tus costes son elevados. Fundamentalmente porque un concepto que ya está muy denostado, la antigüedad. Antes era un gran mérito y ahora es todo lo contrario, una carga que en la actualidad prácticamente ni se retribuye. El hecho es que de una forma jocosa en el mundo de la empresa se alega que echas a uno de 60 y contratas a tres de 25. Con el famoso artículo 52.C del estatuto y sus causas objetivas u organizativas, puedes echar a quien te plazca. Al final, la realidad es que amortizas el puesto de costes elevados, saturando a los demás empleados o como mucho, en el mejor de los casos, terminan contratando a un novel por un tercio de su salario.

Te ves en el paro, más o menos indemnizado y sin opciones. Quién quiere contratar a alguien de más de 60. Algún caso habrá, siempre lo hay, pero será la excepción que confirma la regla. La salida parece clara, después de pasar la travesía del desierto del paro, acceder a la jubilación anticipada.

Y ahí llega la gran injusticia, después de más de 45 años cotizando, la mayoría por topes. La Seguridad Social no te quiere, te mira mal. Y si aun así, te ves obligado a solicitar la jubilación antes de la fecha efectiva, te castigan con unos coeficientes injustos para todo el resto de tu vida. Tú, que fuiste quien con una larga carrera profesional sostuviste el sistema durante 40 años o más. A ti, que contribuiste con alegría a hacer de este país un lugar mejor.

¡Qué gran decepción! Toda tu vida, más de 45 años aportando, contribuyendo y cuando ya no puedes contribuir más, te castigan, te penalizan. Menudo agradecimiento, menudo sistema de previsión social. Por cierto, ahora en manos de gobiernos que se arrogan la protección social y con los que coincido en términos generales.

Aun así y a pesar de estas injusticias. Después de haber aportado durante mucho, muchísimo tiempo para las pensiones de nuestros mayores, la sanidad, la educación, etc. Defendamos que se garanticen los sistemas públicos de pensiones, de sanidad y de educación. Para eso lo que debe de haber es más cotizantes y mejor remunerados. Serán mejores contribuyentes.

Con los mejores deseos de un recién jubilado con una penalización por coeficientes reductores del 26% de la base reguladora de cotización.

Fernando San Juan Artiaga

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