Viernes 25 de octubre de 2024
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Se considera baby boomers a los nacidos en España entre 1958 y 1975. En 1958, España registró más de 650.000 nacimientos por primera vez en su historia, el doble que en 2022. (Wikipedia).
En 2023 y durante los próximos años, estas personas están cumpliendo los 65 años, la edad anhelada por muchos de nosotros para jubilarnos después de una vida de trabajo intenso, muchos con cerca de 40 años cotizados o más…. toda una vida. Me gustaría reflexionar y pararme un poco a relatar cómo fue. Todos los que nacimos en los años antes citados se acordarán de lo que hemos soportado:
- Todos los impuestos habidos y por haber, incluyendo unos intereses por encima del 11 y 12% TAE para poder comprar nuestros apartamentos, haciendo ricos a los bancos, por cierto, para que luego ellos no paguen al erario el dinero que deben por su nefasta gestión.
- Una competencia enorme para acceder a puestos públicos o privados, ya que había mucha mano de obra disponible, cuestión favorable para las empresas de este país.
- Todo tipo de transiciones. No sólo la política, sino también la social y la tecnológica. Todos podemos recordar que en nuestra juventud no había ordenadores o había muy pocos disponibles en las empresas. Quien no recuerda los 386, lo lentos que iban. Se llamaba Am386 y fue lanzado al mercado por AMD en 1991.
- Los teléfonos móviles no existían, no conocimos las redes sociales ni teníamos wifi en casa ni navegábamos por internet.
Y después de haber sabido superar esas transiciones con esfuerzo y contribuido con todos los impuestos a la construcción de nuestro actual estado del bienestar... ¿Qué nos queda?
¿Que nos recorten la pensión con el pretexto de que somos muchos? ¿Es que no sabían que tras 40 años cotizando tendríamos que jubilarnos? El sistema público de pensiones ha tenido tres grandes reformas desde 2011. Primero se amplió la edad de jubilación de 65 a 67 años; posteriormente la reforma de 2021 penalizó las jubilaciones voluntarias; y, por último, en 2023 se aumentaron los años de cotización a efectos del cálculo de la pensión y se regularon nuevos gravámenes para las personas trabajadoras. ¿Ahora se dan cuenta? Cero en gestión y cero en previsión. Y, claro, ¿que pretenden hacer? ¿cambiar las reglas del juego en medio del partido? ¿hasta qué edad pretenden alargar nuestra ya extensa vida laboral?
Vamos a ver una cuestión que salta a la vista, sobre todo a la vista de los ciudadanos, que suele ser la más lógica. En cualquier empresa ,sea grande o pequeña, a la sección financiera o de contabilidad se le exige una previsión. Nadie entendería que llegado final de mes no se cobraran los salarios o la empresa quedara a oscuras o no funcionara la maquinaria o se quedara sin suministro de agua porque no se había hecho previsión de fondos para pagar esos salarios o esas facturas. ¿Qué empresa es esa? Diría la mayoría de las personas y seguro que aludirían al responsable como un inepto que no es apto para desarrollar ese trabajo y firme candidato a engrosar las listas del Servicio Público de Empleo.
Nosotros, los ciudadanos de a pie, hacemos previsiones, sabemos cuándo nos llega el cargo de la hipoteca o de la renta, sabemos que en noviembre hay que pagar “la contribución”, sabemos cuándo nos pasarán el seguro del coche y esperamos con cierta ansiedad cuanto va a ser este mes la factura de la electricidad, del agua y un largo etc. Sobre todo teniendo en cuenta la pensión media en España porque claro, ¿de cuánto estamos hablando? Pues de 1252,30 euros mensuales. Muchos de ustedes, al leer estas líneas dirá: ¡quién lo cobrara! ¡no estaría mal que pillara yo esa pensión!
Entonces, a nuestros políticos, ¿no deberíamos exigirles que tengan responsabilidad en sus actos, que tengan una previsión en los gastos? Personalmente, pienso que sí. Por mucho que se diga que una macroeconomía no es lo mismo que una microeconomía, debemos exigir a los que nos dirigen que trabajen con responsabilidad, transparencia y que se preocupen por los asuntos de los ciudadanos, aquellos a que nos afectan en nuestra vida cotidiana.
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