Pensionistas: ladramos pero no mordemos

Los jubilados somos actualmente el colectivo más numeroso de España y ladramos pero no mordemos. Aunque desde fuera dé la sensación de que estamos unidos y fuertes, por dentro somos insolidarios y débiles. Son demasiadas las injusticias y diferencias que existen entre los mismos jubilados para ponernos de acuerdo.

Mucho se habla de Francia y de Europa. En el país galo la paga a los pensionistas se calcula con arreglo a los años cotizados. En España se nos exige unos mínimos años cotizados y que estos sean en los últimos 15 años para su cálculo. Todos conocemos los chunchullos e injusticias que ello provoca, personas que llevan toda su vida cotizando por la rama general y los últimos años se pasan a autónomo y perciben la pensión ridícula de la rama de autónomo. Otros que han hecho lo contrario, de autónomos han pasado a la rama general, perciben una mayor jubilación. En España no importa su vida laboral, sino los últimos años cotizados.

No nos olvidemos de los privilegiados de la banca, Telefónica, TVE u otros organismos que con 56 años se están jubilando sin ninguna penalización y buena pensión.

A los políticos hay que darles el buen comer aparte. Estos seres se consideran superiores a los mortales, son insaciables y deciden lo mejor para ellos y lo peor para los demás. Como bien dice el refrán, "quien parte y reparte, siempre se guarda para sí la mejor parte". Que un político esté bien pagado es esencial en la política, pero que fuera de ella siga gozando de esos privilegios es algo que muchos no entendemos.

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