Periodo de cálculo de las pensiones: no es lo mismo elegir que descartar, ni incluir que eliminar
Jueves 11 de agosto de 2022
9 minutos
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En septiembre está previsto que den comienzo las negociaciones en la mesa de dialogo social de una de las medidas más polémicas de la reforma de las pensiones que debe cumplir con el compromiso del Gobierno establecido en el Componente 30.R2-C del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia y con la recomendación nº5 del Pacto de Toledo: la adecuación a las nuevas carreras profesionales del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación.
Después de dos años de polémica, especulaciones y desmentidos, por fin conoceremos las posturas que defenderán nuestros agentes sociales y Gobierno para dar solución a una realidad cada vez más presente en los trabajadores, sobre todo de la empresa privada, que no siempre pueden incluir sus mejores años cotizados dentro del periodo de computo empleado para calcular la pensión. Antes de que acabe el año se decidirá si se tratará de una medida que afectará a todos los futuros pensionistas por igual o únicamente a quienes les beneficie (según el ministro Escrivá un 30% aproximadamente de los trabajadores no presentan sus mejores años de cotización en el tramo final de su carrera laboral, por lo que el sistema actual no funciona para ellos).
La información que existe en la actualidad sobre las diferentes posturas es más bien escasa y confusa. Los sindicatos se limitan a decir que no van a negociar el periodo de cálculo y, como dijo el Sr. Unai Sordo el año pasado: “cosa distinta es que el Gobierno plantee descartar los peores años de cotización para aquellas personas que con 50 o más años pierden su empleo y tienen una caída de sus cotizaciones muy fuerte que hace que luego les baje la pensión. A esto sí se le puede dar una vuelta” (declaraciones publicadas por 65YMÁS en el articulo: CCOO apoya el destope de las bases máximas).
La oferta del Sr. Unai Sordo en realidad no es tan generosa como parece ya que existen mecanismos para integrar lagunas (por supuesto todo es mejorable) entre los cuales está el subsidio para mayores de 52 años, reinstaurado durante en el primer mandato de Pedro Sánchez, que funciona como mecanismo integrador de lagunas en la franja de edad a la que él se refiere. Preocupa que el Sr. Unai Sordo, tratándose de uno de los interlocutores que tiene que defender los intereses de la clase trabajadora, desconozca que miles de personas tuvieron que empezar de cero después de perder sus mejores trabajos y que tal vez su problema no sean las lagunas, porque no las tienen o son mínimas, sino que su problema es que perdieron sus mejores trabajos cuando tenían 30 o 40 años. Además, el Pacto de Toledo en su recomendación nº 5 deja muy claro cual es el problema y como se ha de resolver sin necesidad de andar por las ramas precisamente ahora cuando le toca el turno a l@s más desfavorecid@s y cuando lo han dado todo en la primer bloque de reformas. (La recomendación nº 5 valora positivamente que los cotizantes puedan elegir los años más favorables para calcular su futura pensión. El objetivo es no perjudicar a trabajadores afectados por periodos de precariedad laboral).
Referente a la postura que va a tomar el ministro Escrivá tampoco se sabe nada con certeza. Si bien al principio de la legislatura parecía venir con los deberes hechos y las ideas bien claras respecto a cómo debía ser el sistema de cálculo de las pensiones, ahora parece que anda con los pies de plomo en cada una de sus declaraciones no sea que se le vayan a tirar otra vez todos encima.
En una de las declaraciones más recientes (concretamente realizadas en la emisora Onda Cero) el Sr. Escrivá parece decantarse por los planteamientos que han mantenido los sindicatos. Cito textualmente la transcripción: "Debemos de tener en cuenta nuevas realidades en el mercado laboral. Tenemos que trabajar en que la gente pueda excluir sus mejores años, trabajar en lagunas. Será lo que acordemos con los agentes sociales a partir de junio. El Pacto de Toledo no nos ha pedido subir el periodo de cómputo".
Está claro que el Sr. Escrivá tuvo un lapsus cuando dice “excluir sus mejores años”, lo que no está tan claro es si se refiere a que se ha de trabajar para que la gente pueda excluir sus peores años o para que la gente pueda incluir los mejores, que no es lo mismo. Tal vez le haya traicionado el subconsciente y está dando por hecho que finalmente los sindicatos impondrán su posición y solo se trabajará en las lagunas que puedan existir al final de la vida laboral.
Personalmente tengo claro que si lo que se quiere es que la gente pueda incluir sus mejores años es tan sencillo como que la pensión se calcule las mejores cotizaciones hasta sumar el periodo de cómputo exigido, y esto lo hace un ordenador sin despeinarse. Excluir los peores años para que tal vez se puedan incluir los mejores suena más a un proceso selectivo con una normativa compleja en el que se tendrán que tener en cuenta diferentes variables y factores y cuya efectividad dependerá de lo inspirados y generosos que estén nuestros agentes sociales a la hora de diseñarlo y establecer lo que para ellos es un peor año.
No hay ninguna duda de que el tema de las lagunas es muy importante por el efecto negativo que tienen en el cálculo de las pensiones, pero no siempre es el principal problema. Puede ocurrir perfectamente que una persona tenga una larga carrera profesional sin apenas lagunas y que el periodo de cómputo final le obligue a incluir años trabajados a media jornada cuando paradójicamente tiene años a jornada completa para aburrir (como es el caso de mi mujer). Si ella pudiera decidir descartaría de su periodo de cálculo los años a tiempo parcial con malos salarios que cotizó después de ser madre y añadiría en su lugar los años que cotizó a tiempo completo con el trabajo que tuvo hasta poco después de casarse.
Algo parecida es mi situación: tuve mi mejor trabajo hasta los 35 años de edad y posteriormente tuve mi segundo mejor trabajo del que fui despedido “objetivamente” con 51 años. No he tenido lagunas gracias al subsidio para mayores de 52 y a un par de contratos precarios que acepté con la esperanza de que me hicieran indefinido y que me van a salir muy caros porque me impedirán jubilarme de manera involuntaria (o al menos eso me han asegurado en mi oficina de la seguridad social porque los acepté antes de cobrar los dos años de paro correspondientes al despido con los que habría llegado a los 33 años cotizados exigidos). Aunque en esta vida nunca hay que perder la esperanza, tal vez algún empresario caiga rendido a mis pies a los 60 y me jubile a los 65 con las mejores cotizaciones de mi vida laboral.
Para terminar con la entrevista del Sr. Escrivá en Onda Cero, como él bien dice, el Pacto de Toledo no pide subir el periodo de cómputo. Según diferentes medios eso es lo que propuso él (junto con la posibilidad de elección de los años a integrar en la base reguladora cuando se supere el umbral establecido junto con una revisión del procedimiento de integración de lagunas) en un primer borrador de lo que tenía que ser uno de los compromisos del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
La lastima es que el Sr. Escrivá tuviera que desmentir la existencia de este documento en el último momento debido a la polvareda que levantaron los socios minoritarios de Gobierno. Y digo lastima porque desde mi punto de vista, como perteneciente a la minoría del 30 %, era una solución salomónica y valida a un problema real y acuciante que no tiene pinta que vaya a desaparecer de la noche a la mañana.
Tengo que reconocer que me produce un poco de desasosiego saber que el futuro de mi pensión y la de mi mujer están en manos de los mismos interlocutores sociales (léase sindicatos mayoritarios y patronal) que durante casi medio siglo de democracia han dejado bastante claro que les resulta lo más normal del mundo que la pensión se calcule con los últimos años cotizados, ya sea porque es más cómodo, porque así lo decidió el anterior secretario general o porque nunca han visto mayor problema en que beneficie a unos y perjudique a otros, más tratándose de una minoría desfavorecida y poco organizada la perjudicada y una mayoría sindicada y bastante influyente la beneficiada.
Desde mi perspectiva, poco influenciada por las líneas rojas que marcan los sindicatos y abierta a querer entender las cosas de manera observadora y científica, siento decir que lo que veo en ellos es una postura intransigente y que me cuesta mucho creer que a estas alturas vayan a reconocer todo el daño que han hecho a miles de familias que dependen de los ingresos de sus mayores a los que se les calculó la pensión con sus peores años cotizados (hasta hace bien poco no se tenían en cuenta en el periodo de calculo los años que se habían cotizado antes de cumplir los 50 y, que yo sepa, las crisis, las reconversiones, los despidos y tener que empezar otra vez de cero, siempre ha estado presente en nuestra historia reciente).
De momento la minoría del 30% a la que pertenezco tendrá que conformarse con las palabras del Sr. Escrivá publicadas por 65YMÁS, en las que dice: "Hay que repensar el sistema de cómputo de la pensión para tener en cuenta las nuevas realidades laborales, por ejemplo, de aquellas personas cuyos últimos años no son precisamente los mejores en cuanto a ingresos. A lo mejor, para esas personas, conviene extender el periodo de cálculo de la base reguladora, o trabajar en las lagunas de cotización que pueden tener en esos años, o permitir que la persona excluya del cómputo los peores años. Hay distintas soluciones que llevaremos en los próximos meses a la discusión con los agentes sociales".
No lo dude, Sr. Escrivá, no hace falta que diga que “a lo mejor” nos conviene, puede decir con toda tranquilidad que tod@s tenemos derecho a incluir nuestros mejores años, ya sea como supuestamente quería usted hacer al principio o directamente poniéndolos en lugar de los peores años que queden recogidos en el periodo de computo con el que se calcula actualmente la pensión. Estoy seguro de que esto último no tiene que molestar a nadie y de que el Sr. Unai Sordo estará abierto a darle una vuelta.
Un saludo a todos los pensionistas actuales y futuros, y gracias a 65YMÁS por ayudar a que todos estemos mejor informados en un asunto tan delicado como es la reforma de las pensiones.
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