Martes 25 de febrero de 2025
2 minutos
No hay duda de que Donald Trump lo está revolucionando todo y a todos. Ha abierto múltiples frentes con decisiones y propuestas hasta hace poco impensables, replanteando actitudes y formas de proceder que se consideraban normales.
Sin embargo, es cierto que, entre quienes nos gobiernan, particularmente en Europa y en diferentes estamentos de la sociedad, se había asentado, por un lado, la corrupción; el desvío de fondos destinados a ONG hacia otros fines; la pérdida de valores, del sentido común y del principio de propiedad; junto a una lamentable degradación y perversión de la condición humana. Por otro lado, un insostenible nivel de endeudamiento como consecuencia de un gasto descontrolado e interesado; un exceso de burocracia y regulación que lo encorsetaba y encarecía todo, lo que, a su vez, propiciaba la creación de negocios paralelos en beneficio de sus afines . Y ahora, Trump quiere cambiar esto.
Quizás su beligerante actitud responda a su estilo de negociación: apostar fuerte y poner “contra las cuerdas” a quienes quiere hacer reconsiderar su postura para, después, rebajar exigencias y alcanzar objetivos asumibles.
Esperemos que así sea, que lo vivamos sin grandes traumas y que a los mayores nos respeten nuestros derechos y necesidades.
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