La romantización de la literatura femenina

 

¿Por qué es esto actualmente problemático?

El ser mujer, que tu obra hable de lo harta que estás, de que eso te condicione por tu profesión, en especial por ser escritora.

Los libros escritos por mujeres han sido dirigidos a mujeres. El mundo ha hecho una parte paralela para nosotras solo por nacer en un sexo.

Qué tienen que ver autoras como Gabriela Mistral con Plath o De la Cruz. Las mujeres también pertenecen a vanguardias, a movimientos, a poéticas. Las mujeres pertenecen a cosas mucho más grandes que el género.

Hay un problema en que la gente quiera explorar distintos estilos y temáticas de la poesía desde la mirada de mujeres.

No, no es inherentemente malo, pero termina siendo perjudicial, ya que la literatura escrita por mujeres se convierte en una etiqueta de marketing que nos agrupa según un criterio extraliterario independiente de lo que se haya escrito.

A ellos les pertenece la Literatura Universal y a nosotras se nos destina un simple rincón.

Es muy cansado ver la romantización del sufrir femenino. El dolor y el sufrimiento de mujeres como marketing, reduciendo su obra a este y a sus suicidios, más allá, no hay un trasfondo simplemente morbo.

Adrienne Rich, una destacada poeta feminista, en su crítica ha hablado de cómo la poesía y la literatura han sido utilizadas para romantizar el sufrimiento de las mujeres y su dolor, presentándolo de una manera que puede ser explotadora o reductiva. En lugar de mostrar la complejidad y la resistencia de las mujeres, estos relatos pueden perpetuar una visión victimista o morbosa, donde el sufrimiento se convierte en una especie de espectáculo.

El "patriarcado" en la poesía, según Rich, a veces se manifiesta en la forma en que las mujeres poetas y personajes femeninos son representados como víctimas de su propio dolor, perpetuando la idea de que la desesperación y el deseo de morir son aspectos intrínsecos de la experiencia femenina. Esta visión puede ser vista como una forma de manipulación cultural que refuerza estereotipos y limita la capacidad de las mujeres para ser vistas como sujetos activos y complejos.

Rich sostiene que las narrativas patriarcales a menudo explotan el sufrimiento de las mujeres para reafirmar y perpetuar el papel de la mujer como víctima. En lugar de representar a las mujeres como sujetos activos con agencia propia, se les presenta como eternas sufridoras. Esta visión puede servir para mantener las estructuras de poder existentes al no desafiar las condiciones que generan ese sufrimiento.

En lugar de abordar el dolor como una experiencia humana legítima que debe ser entendida y superada, se transforma en un símbolo de belleza trágica o resignación. Rich critica esta tendencia porque minimiza el sufrimiento real de las mujeres al reducirlo a una visión reduccionista, por lo que se pierde la oportunidad de abordar y desafiar las estructuras opresivas que contribuyen a ese sufrimiento.

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