Martes 11 de junio de 2024
3 minutos
Estimada directora:
En primer lugar, quiero agradecerle este espacio de libertad para expresar mi opinión, así como la de tantos otros lectores, que cada día tengo la oportunidad de leer.
Después de lo que me ha ocurrido y que a continuación detallaré, podría decir que le escribo enfadada, incluso con rabia, pero no es así, esta carta la escribo con profunda tristeza y preocupación.
Hace unos días acudí a mi centro de salud en Albacete (zona 5) y pese a llevar mi cita, solicitada con varias semanas de antelación como es habitual en la sanidad, no me atendieron. En primer lugar por un “error administrativo”, alguien no hizo bien su trabajo y yo no constaba como paciente de ese centro (menos mal que llevaba el certificado, porque mucho internet pero el papel es el que me dio la razón), y en segundo lugar, porque la doctora Vivo determinó que no me podía atender (pese a haber fallado al menos un paciente) porque no le constaba en su listado, además llevaba “hora y media de retraso y aún tenía que hacer las teleconsultas”, algo que no sé si era una justificación o pretendía fuera mi responsabilidad…
Volví a sentarme y ella salió de su consulta y mirándome me dijo “¿pero se va a quedar ahí?”. Cuando le contesté que tenía que esperar que viniesen a por mí, reconozco que por un momento pensé que me iba a atender entendiendo que el error no había sido mío, pero no, pese a mis más de 80 años sigo siendo una ilusa… volvió con su taza de café y alegó que no había tomado nada en toda la mañana y señalando a otro señor que allí se encontraba, dijo: “Y además tengo que ver a este paciente que tiene cita a las 13h.”. Miré mi reloj y eran las 12:44h. “¡Qué menos que un cuarto de hora para tomarse su café!”, pensé.
Como le decía antes, me dirijo a usted con profunda tristeza porque además de ser usuaria soy una firme defensora de la sanidad pública, tan maltrecha últimamente, y de sus trabajadores…
Lo que más me entristece y me preocupa es que en ningún momento esa doctora me preguntara, al menos, “¿qué le pasa?”, mientras me miraba sentada frente a su consulta, con mi edad y pegada a una máquina de oxígeno. Lamento que pese a ser conocedora del error, ya que se lo explicó una administrativa del centro de salud, ni tan siquiera se planteara que necesitaba que me viera un médico y por eso estaba allí.
Quizás la buena educación está reñida con el actual sistema y, ante un caso así, tienes que colarte de mala manera, como hizo otra señora en un idioma que no entendí delante de mí y a la que atendieron sin cuestionarla.
Es ahora cuando entiendo la frase que me dijo recientemente un médico: “Me preocupa mucho la sanidad, pero no como médico, sino como paciente”.
Si eres lector o lectora de 65YMÁS y quieres denunciar cualquier situación de la que hayas sido testigo, dar tu opinión sobre cualquier tema de actualidad o sobre cualquier circunstancia que te afecte, puedes enviarnos una carta a nuestro diario. Es muy sencillo. Sólo tienes que entrar en CARTAS A LA DIRECTORA o rellenar este formulario: