Talibanes en la carretera

La vida en la tierra necesita tres componentes: CO2, agua de los mares y energía del sol. A partir de allí se creó la vida y se fue transformando el CO2 en O2. Las plantas absorben CO2 y devuelven O2 a la atmósfera, fundamental para la vida del hombre. No pueden desaparecer las plantas.

Quienes recorren con frecuencia las autovías A-23 y A-22 observarán atónitos cómo se van arrancando las plantas de la mediana. Primero fue en el itinerario Huesca-Zuera y ahora en el Huesca-Binéfar. Esta vegetación además de contribuir a la misión anteriormente indicada, protege del deslumbramiento, mejora el paisaje y contribuye al confort del viajero.

No sé cuál será el fin oculto de quienes han ordenado o permitido semejante acción. Parece que dicen que es muy costoso el manteniendo, pero ¿cuánto está costando esta operación? ¿Qué se ha hecho con el esfuerzo y el dinero gastado por sus antecesores? Centenas de miles de euros y más de veinte años de desarrollo. Las plantaciones son un equipamiento más de la carretera, como los firmes, las barreras, la señalización… ¿En qué se gasta el presupuesto anual disponible? Llama la atención todavía más en el momento actual en el que los fondos Next Generation, en la lucha por la descarbonización, financian próximas a las carreteras, la implantación de amplias superficies con vegetación para la absorción del CO2.

En el enlace de Siétamo erguida y altiva vigila 'Petronila y las águilas', símbolo del nacimiento de la Corona de Aragón y guiño a la Sierra de Guara. Sin embargo, probablemente por los mismos de antes ha sido enronada con montones de tierra y ahí lleva varios meses.

En fin, talibanes en la carretera, pero en este caso, además, poniendo en peligro la seguridad vial, el medio ambiente y el clima.

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