¿Una pensión complementaria privada y gratis total puede ser posible?

Claro que puede ser posible.

De hecho, lo sería solo si la ministra de las pensiones llevara al Congreso una Ley de Natalidad, bien diseñada y dotada económicamente –tanto para los nacidos a partir de hoy y para sus padres–. 

Una Ley, que contemplara, como mínimo, lo siguiente: un capital semilla de 20.000 euros, que el Estado ingresaría a cada niño/a nacido a partir de su publicación. Este sería transferido a una cuenta nocional en el superfondo del ministerio de las pensiones de la ministra Elma Saiz –antes ministro Escrivá–, que lo gestionaría y capitalizaría.

Con esta medida, se perseguiría premiar la natalidad de forma real y no artificial –como hasta ahora– y, de paso, garantizar a ese niño/a una pensión complementaria privada, al margen de una mínima del Estado, de no menos de 600.000 euros cuando se jubilara a la edad de 65/70 años.

De esta forma, para un niño/a que naciera hoy, cuando comenzará su vida laboral, por ejemplo, a los 25/30 años, las empresas que les contrataran podrían rebajar sus costos sociales del 35% actual, al 5 o 9%, haciéndose más productivas, rentables y competitivas.

Al mismo tiempo, a los padres de estos nacidos, el Estado les concedería una hipoteca pensión a largo plazo, 25/30 años, a través del ICO o la banca privada.

E igualmente, como a sus hijos, se les transferirían 20.000 euros en otra cuenta nocional en el superfondo del ministerio de las pensiones y de esa forma se reforzaría la garantía de las pensiones en la unidad familiar y se les daría una solvencia financiera para negociar con la banca cualquier facilidad crediticia que necesitaran.

Luego, si diseñan un reglamento de esa ley donde se recojan las múltiples cosas que se pueden acometer –por ejemplo, implantar el cashback en la gran distribución, donde por nuestro consumo, percibamos una compensación que podría ir al ahorro y a fortalecer ambas pensiones (recuerden el céntimo sanitario creado por Ruiz-Gallardón)–, se podría decir que las pensiones ya serían totalmente sostenibles financieramente y gratis para todos: estado, empresas y trabajadores.