Una proposición de ley llamada deseo

En un contexto político donde la retórica y las promesas vacías a menudo superan a la acción concreta, la reciente adhesión del BNG, a través de Nestor Rego, al apoyo de la reivindicación de ASJUBI40 para la jubilación anticipada sin penalización, es una bocanada de aire fresco. No es solo una cuestión de justicia, sino una necesidad lógica en un país donde los trabajadores han sido sistemáticamente penalizados por haberse tenido que jubilar anticipadamente de forma imperativa, tras más de cuatro décadas de esfuerzo, por algo tan evidente como es la subsistencia.

La "Proposición de Ley llamada deseo", registrada por Podemos y defendida por Ione Belarra, tiene un nombre que encapsula tanto la esperanza como el escepticismo de una nación cansada de esperar soluciones reales. La primera foto en este drama político se la hará el Gobierno de coalición, al decidir si aprueba su debate o lo descarta. Es en este primer paso donde comenzaremos a desenmascarar la auténtica naturaleza de nuestros representantes. En el anterior Pacto de Toledo, Asjubi40 fue como esa margarita que es deshojada: “ahora sí; ahora no; ahora sí; ahora… pobre margarita.”

Si el resultado es una foto del descarte, se transformará en un poster grande, símbolo del rechazo a los derechos laborales y al reconocimiento de los sacrificios de miles de trabajadores. Esta imagen servirá como un recordatorio constante de quiénes están en contra de la justicia social. Por otro lado, si la proposición llega a debatirse, empezará el verdadero escrutinio: un collage de fotografías de los demás partidos, incluidos aquellos del propio gobierno de coalición. De ese collage, eliminaremos y difundiremos de forma objetiva quién está con nosotros y quién no, revelándose, y con clara evidencia, quiénes son los verdaderos políticos y quiénes están, como siempre, a otras cosas.

El momento de la verdad

Es fundamental recordar que los políticos ocupan sus puestos gracias a los votos en las urnas. Este es el momento decisivo en el que se verá si la credibilidad en nuestros representantes se ve alentada o mermada. En este punto, la abstención electoral se convierte en una herramienta poderosa de protesta y de exigencia de responsabilidad. Nuestra credibilidad sobre la política como votantes y como ciudadanos, está bajo mínimos, y es el momento de exigir más.

La ironía de la situación no se nos escapa. En un país donde se hacen monumentos a la burocracia y se celebran las comisiones interminables, la "Proposición de Ley llamada deseo" se convierte en un testimonio de la incapacidad de nuestros líderes para actuar con decisión y justicia. Mientras tanto, los trabajadores que han dado su vida al servicio de la sociedad, se encuentran con una barrera tras otra cuando piden lo que es suyo por derecho.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que la incompetencia y la falta de voluntad política nos roben la dignidad? El debate sobre la jubilación anticipada sin penalización no es solo una cuestión económica, es una cuestión de humanidad. Cada vez que un político vota en contra o se abstiene, está diciendo que el trabajo incansable de miles de ciudadanos no vale nada. Y eso, señores, es inaceptable.

Hora de demostrar que la justicia social no es solo un "deseo"

Los partidos que se dicen defensores de los trabajadores tendrán que demostrarlo con hechos y no solo con palabras. Cada voto contará, y cada abstención será un testimonio del verdadero compromiso de nuestros representantes con los ciudadanos que los eligieron. Los ojos de España están puestos en ellos, y no aceptaremos menos que un apoyo claro y decidido a esta proposición de ley.

Es hora de dejar la retórica y pasar a la acción. Es hora de demostrar que, en España, la justicia social no es solo un deseo, sino una realidad tangible. Los políticos tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el destino de miles de personas. Que no se equivoquen, la memoria del pueblo es larga y la justicia, aunque tarde, siempre llega.

Kike Román es miembro de ASJUBI40–Jubilación anticipada sin penalizar

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