Jueves 24 de febrero de 2022
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Leo en grandes titulares de prensa que "Cataluña paga el 45% del impuesto de patrimonio de toda España", pero conviene aclarar que dicho impuesto está cedido a las autonomías y que muchas de ellas no lo imponen a sus ciudadanos, al igual que ocurre en Europa.
Quienes si están sometidos a él son los residentes en Cataluña, por lo cual es la comunidad que más paga. Así pues, el causante de dicha situación es la vorágine recaudatoria de la Generalitat y no el Gobierno central. Con el agravante de que este es un impuesto confiscatorio, pues, aunque el patrimonio no rinda, los obligados a ello, han de pagar igualmente entre el 0,210 % y el 2,75 %.
Recordemos que los últimos años, los Valores del Tesoro Público están ofreciendo intereses negativos y, por tanto, no tiene justificación alguna que se haga tributar por encima de lo que estos rinden. Pero esa avidez por embolsar, no solo se aprecia en este impuesto, sino también en el IRPF, en Sucesiones, en el CO2 de los coches, en los radares para multar y en la infinidad de tasas que nos imponen y sufrimos.
Y después se lamentan de que las empresas y los particulares abandonen Cataluña. Lo milagroso es que aún quede alguien, aunque todo llegará, es mucho el empeño que ponen para expulsarnos tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona.
Josep Pagès Martí (Barcelona 1945). Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y miembro del Instituto de Analistas Financieros de España. Presidente de Prisma Asset Management, sociedad especializada en la gestión de fondos de inversión, fondos de pensiones y SICAV en Luxemburgo.
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