Martes 11 de abril de 2023
2 minutos
Celebro en un restaurante el cumpleaños de un familiar. Los primeros platos que hace un año apenas costaban 10 euros ahora marcan 20 o más. Acudo a unos almacenes a comprar una tumbona que el pasado verano valían 17 euros y hoy piden 47 euros. De la luz no hace falta que hablemos y de la cesta de la compra tampoco, todo cuesta el doble. Viajar con los actuales precios de los aviones es casi imposible
Tengo la sensación de que estamos reviviendo el momento en el que pasamos de la peseta al euro, es decir, de un café de 100 pesetas al de 1 euro (166,386 pesetas). Entonces aquello tenía un motivo económico justificado, equipararnos para tener una moneda única en los países de la Unión Europea, pero ahora obedece a una lamentable cuestión bélica, que algún día debería acabar, aunque sus consecuencias me temo quedarán injustificadamente para siempre.
Y en este marasmo de incertidumbre, de desempleo, pensionistas, de familias que no llegan y de un país endeudado hasta lo imposible, resulta que los restaurantes están llenos, no paran de salir aviones con destino a países exóticos y al llegar la Semana Santa las ciudades quedan vacías, incluso antes de que empiecen las fiestas. Si ustedes lo entienden, yo no.
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