En 2021 los mayores de 55 años en España superan el 30%, cifras que alcanzarán el 40% en 2030. El reto demográfico a gestionar por parte de las administraciones es ingente, y la necesidad de contar con herramientas que ayuden a la planificación e implementación de medidas concretas que mejoren la calidad de vida de todos es imperiosa.
Hace unas semanas la ciudad de Madridpublicó su 2º Plan de Acción para mejorar su amigabilidad con las personas mayores, reiterando su compromiso con la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores. Una participación en la Red que se inició siendo alcaldesa Ana Botella, se consolidó durante la alcaldía de Manuela Carmena y se ha continuado con la actual regiduría de José Luis Martínez-Almeida. Pocos proyectos pueden mostrar tanta transversalidad, durabilidad en el tiempo y apoyo político como este.
Desde que en 2007 la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, son más de 210 los municipios españoles pertenecientes a la Red. Destacan, por su alto número de poblaciones incorporadas, las comunidades autónomas de País Vasco, Cataluña y Asturias. San Sebastián fue la primera ciudad española en incorporarse a esta Red mundial en 2008. Tres Cantosha sido el último en incorporarse. En España es el Imserso quien se encarga de coordinar la Red desde 2013, si bien en algunas provincias, como ocurre en Barcelona, las diputaciones promueven activamente la participación.
Entre los objetivos de la Red se encuentran el fomentar la existencia de entornos y servicios cercanos que faciliten el envejecimiento activo y promuevan una longevidad saludable en las ciudades y pueblos. Aportar mayor calidad de vida y dar más visibilidad social a los ciudadanos sénior serían los fines principales.
La comunicación y la participación de los destinatarios son los ejes sobre los que se fundamenta este proyecto transversal. Se revisan aspectos como espacios al aire libre y edificios, transporte, vivienda, participación social, respeto e inclusión social, trabajo y participación ciudadana, comunicación e información y servicios sociales y de salud, muchos de ellos incorporados también como Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Las personas mayores del municipio son las protagonistas. A través de su participación activa en la elaboración de un Diagnóstico y un Plan de Acción plurianual, se recogen las iniciativas que el municipio va a realizar para mejorar su amigabilidad hacia sus ciudadanos de mayor edad. Unas actuaciones que se deben materializar en los siguientes años una vez que se ha presentado el Plan y en las que también participan todas las áreas municipales.
Para que un municipio pueda incorporarse a la red se tienen que cumplir las siguientes condiciones:
Liderazgo político de largo plazo: la solicitud de inscripción parte de una Carta de Adhesión enviada por el alcalde la localidad, quien habitualmente de manera previa obtiene el apoyo de todos los partidos políticos en el pleno municipal. Esto asegura que sea “un proyecto del municipio, y no de un partido en concreto.
Fomento de la participación de las personas mayores: es una de las claves. Aplicando la rigurosa metodología de la OMS y mediante diferentes vías de implicación (encuestas, grupos focales, etc), suelen ser cientos los ciudadanos sénior de un municipio quienes se involucran. Por otro lado, se busca una composición heterogénea (mayores de diferentes edades, estrato social, salud, etc).
Compromiso de cumplimiento del Plan de Acción y de mejora continua: no tendría mucho sentido realizar un diagnóstico pormenorizado sobre la amigabilidad del municipio y la identificación de acciones de mejora si estas no se llevan a cabo. Es por ello que el cumplimiento de cada una de ellas debe poder medirse mediante indicadores de seguimiento durante los años de vigencia del plan.
En la gestación y desarrollo del proyecto cobra especialmente relevancia el “grupo motor”. Se trata de un grupo de trabajo formado por los propios mayores del municipio y algunos técnicos municipales. Lideran el proyecto, promoviendo la participación de otros ciudadanos, coordinando reuniones, identificando acciones de mejora, etc. Durante los años de ejecución del plan realizan el seguimiento de los indicadores de cumplimiento de las acciones incluidas, adaptándolas a nuevas realidades que surjan si fuera necesario, de manera que se realiza un proceso de mejora continua.
Una tendencia destacable es que en los últimos años cada vez son más municipios del ámbito rural los que desarrollan este tipo de proyectos.
La participación en la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores es una excelente decisión que pueden tomar todos los municipios (o mancomunidades en el caso de pequeñas poblaciones). Permite conocer de primera mano mejores prácticas de otros municipios de la red y dar voz al colectivo sénior. Un compromiso con la mejora de su calidad de vida, con una visión de género, que justifica el esfuerzo de llevarlo a cabo.
Sobre el autor:
José De Juan Saboya
José De Juan Saboya, Director General de Silver Economy Consulting y Presidente de la Asociación Española de la Silver Economy (AEDESE). Miembro de la Federación Internacional para el Envejecimiento. Experto en silver economy, colabora con empresas e instituciones en adaptar sus productos, servicios, procesos y comunicación hacia el colectivo sénior. Divulga y fomenta en la sociedad el valor de la edad.