No a la reforma de recortes y privatización de las pensiones
Jueves 26 de agosto de 2021
4 minutos
Jueves 26 de agosto de 2021
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Como se había anunciado, el Gobierno PSOE-UP aprobó el pasado martes, en consejo de ministros, la primera entrega de la llamada “reforma de las pensiones”, siguiendo las directrices del “pacto de Toledo”, con el beneplácito de la casi totalidad de la clase política, y el acuerdo de los llamados “agentes sociales”, los directivos de CCOO y UGT, y los de las patronales CEOE y CEPYME.
Si hemos de hacer caso a los medios de comunicación y a la propaganda de los partidos políticos (del gobierno y de la oposición, vaya coincidencia), estamos ante una gran noticia, pero no es así para la gente trabajadora.
Desde el movimiento pensionista (el gran ausente de este enjuague), tenemos razones de sobra para enfriar tanta euforia y, una vez más, decir las cosas por su nombre.
Respecto a las tres principales medidas:
1. Subida de las pensiones según el IPC. El envoltorio dulce de un producto amargo que, sin embargo, no queda garantizado por los condicionantes que lo acompañan. En cualquier caso, no es ningún regalo del gobierno ni del resto de los negociantes. Se trata de una conquista ganada en la calle por el movimiento pensionista, desde que el gobierno de Rajoy no pudo aplicar su famoso 0,25%.
2. No es verdad que se acabe con el “factor de sostenibilidad”. Simplemente se le cambia el nombre: “mecanismo de equidad intergeneracional”, que parece que suena mejor, pero tras este juego de eufemismos se esconde una severa medida de empobrecimiento de las pensiones futuras.
3. Retraso de la edad de jubilación, penalizando las jubilaciones anticipadas (entre un 2,81 y un 21% de las jubilaciones ordinarias), e incentivando el retraso de la jubilación con bonificaciones del 4%. Con la mitad de la juventud parada, y la otra mitad víctima de la explotación y de la precariedad, estas medidas no solamente suponen otro recorte del derecho a la pensiones públicas: es deteriorar aún más el futuro de las jóvenes generaciones, dificultando aún más su acceso al trabajo.
La segunda dosis de la “reforma de las pensiones” intentarán meterla antes de que acabe el año, centrándose en la concreción del recorte que se esconde detrás de eso de la “equidad intergeneracional”. Y para el año que viene, la ampliación del período de cómputo, la “mochila austríaca” (cargada de piedras) y a las medidas de privatización, a través de los ya famosos “planes privados de empresa” (PPE) que subyacen en la “recomendación nº 16” del Pacto de Toledo.
Desde Unidad COESPE tenemos claro que todo esto forma parte de proyecto largamente deseado de los poderes financieros, y los agentes políticos y sociales a su servicio, para empobrecer el Sistema Público y privatizar las pensiones. Y actuaremos en consecuencia.
Junto al conjunto del Movimiento pensionista nos oponemos firmemente a esta reforma de empobrecimiento y privatización de las pensiones públicas, al Pacto de Toledo que la inspira, y a los agentes que la han negociado, de espaldas a los y las pensionistas.
Hacemos un llamamiento a unir fuerzas entre el movimiento pensionista y el conjunto de movimientos sociales, para conseguir un #OtoñoCaliente que pare las reformas y los recortes, actuales o futuros, con que se amenaza a la clase trabajadora.
El 2 de octubre de 2021, fecha clave para cambiar las cosas.